Mostrando entradas con la etiqueta Política Exterior Española. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Política Exterior Española. Mostrar todas las entradas

La POLÍTICA EXTERIOR ESPAÑOLA 2012: ¿Una Política Pentaédrica?

Texto académico de evaluación continua
Relaciones Internacionales II: Sociedad Internacional, Organizaciones y Dinámicas
(Grado de Ciencia Política y de la Administración -UNED).
Interesando la Política Exterior de España en general y su reciente evolución en particular, este documento describe, analiza y valora los ejes axiológicos en torno a los que el Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación [MAEC] ha diseñado y ejecutado la Política Exterior española [PEXE] durante el primer año de nuestra X Legislatura. Con ello se pondrá de manifiesto que dichos ejes medulares se ocupan de los cuatro grandes problemas en los que, al decir del profesor Pereiro, se manifiesta el Problema de España: gobernabilidad, identidad, atraso económico y su papel en el ámbito internacional. 





Para restablecer el consenso respecto de la PEXE y lograr un proyecto global e integral para adaptarnos a la globalización, recién asumida la cartera del MAEC, García-Margallo convocó una Reunión de Estado con los anteriores Ministros de Asuntos Exteriores de la democracia para reflexionar conjuntamente sobre lo que debe ser la PEXE en el siglo XXI. ¿Conclusión? Estamos en un mundo cambiante y en la necesidad urgente de adecuar el servicio exterior a esta nueva realidad.

Dentro de las iniciativas accionadas para mejorar la proyección exterior [presencia e imagen] de España y para aumentar las sinergias de cooperación interna, el MAEC ha ofrecido a las CCAA la posibilidad de incorporar sus oficinas en el exterior a las Cancillerías de las Misiones diplomáticas de España y en la REPER para facilitar la promoción de sus intereses en el exterior en el marco de sus competencias. La Rioja, Valencia, Castilla León, Galicia, Asturias y Navarra ya han firmado Protocolos Generales de Colaboración y otras CCAA estudian su aplicación.

En este contexto debe mencionarse la aprobación de Ley de la Acción Exterior que, buscando su unidad como loable principio de actuación, propone [con 118 Embajadas, 182 Consulados y 94 Oficinas Económicas y Comerciales] al MAEC como primus inter pares en la dirección/coordinación de las instituciones estatales intervinientes [Gobierno, Corona, CCGG, FFAA, CCAA y  Entes Locales]. Destaca en este sentido, la consideración de la Casa Real como importante herramienta para la PEXE, especialmente en Latinoamérica [asistencia del Príncipe Felipe a diversas tomas de posesión presidencial o los viajes de S.M. el Rey a Brasil y Chile] o en las recientes tensiones en Gibraltar. Por otro lado, centrar la atención focal de Exteriores en Europa ha liberado campos de actuación que han sido aprovechados por otros ministerios. Además de Economía y Competitividad, ha destacado Defensa con la adopción de la Directiva Nacional de Defensa y de Seguridad que introduce una nueva concepción de la seguridad estratégica como elemento horizontal de las relaciones de proximidad, no estrictamente ceñida al Ministerio de Defensa.


Otorgando una importancia primordial al multilateralismo efectivo y decididamente comprometida con los principios/valores de NNUU, España presentó su candidatura al Consejo de Seguridad para el bienio 2015-2016 y, desde nuestra privilegiada posición geoestratégica entre Europa y el Mediterráneo Sur, lanzó la iniciativa hispano-marroquí para mediar en el Mediterráneo y crear con ello un estado de opinión favorable a las soluciones negociadas, desarrollando capacidades de mediación de las instituciones locales/nacionales mediterráneas.

En sus tres décadas de pertenencia a la OTAN, España ha participado activamente en la mayoría  de sus proyectos/operaciones, demostrando ser un socio fiable. El Gobierno español continua comprometido con la seguridad/estabilidad inter­nacional y, dentro de la OTAN, está decidida a cumplir con sus compromisos internacionales. En su primer encuentro bilateral con Hillary Clinton en la Con­ferencia de Seguridad de Munich, García-Margallo le lanzó dos mensajes: «España será un socio fiable que cumple sus compromisos» y «Spain is back» en el anclaje atlántico y europeo, sumándose así a sus socios con actuaciones a favor de la paz, la seguridad y estabili­dad internacional. Así, confirmó la retirada de Afganistán [1.500 militares españoles] en cola­boración con sus socios aliados. Así mismo, García-Margallo se reunió con el Secre­tario General de la OTAN para preparar la próxima Cumbre de la Alianza Atlántica.


Aprovechar nuestros activos para construir una imagen posi­tiva de España en el exterior resulta imperativo en la actualidad. El objetivo del Pro­yecto Marca España es restablecer/potenciar una imagen nacional eficaz, innova­dora, cohesionada y competitiva, transmitiéndola al exterior y movilizando todos sus activos en una estrategia integral con cuatro pilares: empresas, innovación, cultura y deporte. Contando con una estructura propia, esta iniciativa implica el impulso conjunto de la Diplomacia Económica y de la Diplomacia Pública en colaboración con la empresa española presente en el exterior.

Dado que la recuperación económica es la prioridad del Gobierno, el MAEC se ha sumado al logro de este objetivo empleando los recursos a su alcance: recuperarnos económicamente depende de que las empresas externa­licen su oferta y penetren en los mercados internacionales. Así, la Diplomacia Económica pone a disposición del sector producti­vo español toda su potencia de acción exterior, aportando sus conoci­mientos y capacidad de gestión para que nuestro sector productivo aumente su competitividad y gane presencia fuera de nuestras fronteras. Embajadas y Oficinas Consulares apuntalan la presencia de empresas españolas en el exterior, abriendo nuevos ca­nales de aprovechamiento de oportunidades de negocios en mercados variados y dispares. El Acuerdo Comercial con Filipinas, celebrado en el seno de la IX Cumbre ASEM, es un ejem­plo del esfuerzo de España por impulsar el comercio global y la visita a Singapur [plaza financiera más importante del sudeste asiático] buscó aumentar la presencia empresarial española en la región y atraer inversión, analizándose las posibilidades de utilizar Singa­pur como plataforma para las inversiones españolas en Asia y España como puente para Latinoamérica y norte de África.


Avanzar hacia una integración fiscal y financiera en la UE es un eje funda­mental de la política económica que se está negociando en los foros de la UE y de la Zona Euro, así como en cumbres y encuentros bilatera­les. La salida de la actual situación de la economía europea precisa de una mayor integración/coordinación de las políticas eco­nómicas y financieras  nacionales [supervisión bancaria única europea, mayor integración presupuestaria y posible mutualización de la deuda], necesaria para el buen funcionamiento de la unión económica y moneta­ria y para reforzar el papel de la UE como uno de los principales actores económicos globales. Aunque las dificultades son econó­micas, algunos aspectos clave de la solución son políticos: construir más Europa mediante una verdadera gobernanza económica y un Tesoro Europeo. Como parte del Club de Berlín, España apuesta por «Más Euro­pa» para hacer de la UE un actor más fuerte en la escena internacional mejorando la capacidad de actuación de la UE para afrontar con garantías los desafíos globales. España ha destacado la necesidad de apostar, como complemento a la austeridad, por el crecimiento económico sosteni­ble, modernizando las economías, generando mayor competitividad y corrigiendo los desequilibrios económicos. Para ello apuesta por profundizar en una verdadera Unión Económica y Monetaria y en las negociaciones del próximo presu­puesto de la UE (Marco Financiero Plurianual 2014-2020) ha destacado el valor añadido de las políticas de solida­ridad que fomentan la convergen­cia económica entre las regiones europeas. Existe necesidad de «más Europa» porque la salida de la crisis sólo tiene un camino: la apuesta por Europa como proyecto político, económico y social.

Buscando el apoyo de sus principales socios [Francia, Italia, Portugal, Polonia y Turquía], especialmente cuando se incrementó la presión sobre el sistema financiero tras la nacionalización de Bankia, España celebró Cumbres bilaterales para identificar áreas/objetivos comunes para hacer frente a los desafíos compartidos. En este contexto, destacó el viaje de García-Margallo a Berlín [para tratar cuestiones de la agenda bilateral e internacio­nal y explicar las reformas económicas emprendi­das por el Gobierno español para afrontar la crisis económica] y Londres para analizar cuestiones internacionales [Siria y la inestabi­lidad financiera en Europa] y un aspecto [permanente] de sus relaciones bilaterales: Gibraltar. El Gobierno ha instado al Reino Unido a retomar la [interrumpida] negociación bilateral sobre cuestiones de soberanía, conforme a lo señalado en la Declaración de Bruselas, proponiendo un nuevo esquema [simbólico y de audiencia interna] cuatripartito de cooperación regional [que sustituya al Foro Tripartito de Diálogo] para intentar solucionar el conflicto pesquero en aguas del Peñón.


La Primavera Árabe ha modificado el panorama sociopo­lítico en la ribera sur del Medite­rráneo. Implicada con estos procesos de democratización, España aporta como factor diferencial la experiencia de su transición, modelo internacional de proceso reformista, pacífico y consensuado. Para García-Margallo ha sido prioritario apoyar estas transiciones en el Mundo Árabe mediante contactos políticos de alto nivel, la organización y parti­cipación en eventos de la sociedad civil y el fomento de las relaciones económicas

La política exterior española hacia los vecinos del sur [Marruecos y Argelia] se ha visto impulsada desde una perspectiva mul­tidimensional [política, económica, histórica, cultural, geográfica y social] que vinculan a nuestros países. Se han intensificado las relacio­nes con reuniones tripartitas de alto nivel, precedidas por contactos a nivel ministerial y técnico destinadas a establecer una coope­ración más intensa. Además, el MAEC, a través de la AECID, ejecuta una política catalizadora para reforzar los vínculos entre las tres socie­dades a nivel empresarial, sociedad civil, medios de comunicación o partidos políticos.

El año 2012 se ha visto sacudido por la desestabilización/crisis de la región del Sahel, y es­pecialmente de Mali, a manos de una serie de grupos armados, generalmente islamistas radicales y excluyentes, que han facilitado la escisión del norte de Malí y su transformación en escenario de graves violaciones de los derechos humanos y una crisis humanitaria a gran escala. Ante esta situación, los gobiernos europeos [espa­ñol y francés] han comenzado a tomar medidas para protegerse de unas consecuencias que podrían alcanzar a Europa. África es un continente prioritario para la PEXE y el Secretario de Estado de Asuntos Exteriores visitó Nigeria, Mali, Senegal y Cabo Verde y se reunió con la CEDEAO, organización regional clave para la política de cooperación española y para la resolución de la citada  crisis de Mali. Los vínculos políticos, económicos, sociales y de coope­ración existentes hicieron de estas visitas una oportunidad para impul­sar el diálogo y las relaciones bi­laterales, pero, además de lo político, lo económico incorporó reuniones empresariales para intensificar los vínculos económicos.


Teniendo en cuenta la importante reducción de recursos asignado en los PGE, la agenda exterior del primer cuarto de la X Legislatura se ha caracterizado por:

(1) El bajo perfil de una Política Exterior de Estado [«patriótica» por oposición a la anterior, ideológicamente articulada en la Alianza de Civilizaciones y la Cooperación Internacional] que, al margen de abrir una ventana de oportunidad para revisar la visión estratégica de país, puede incomodar a Europa y chocar con los intereses económicos/empresariales en el exterior, elemento medular de la principal iniciativa de García-Margallo [la Marca España]. Respecto de la Cooperación al Desarrollo, el IV Plan Director de Cooperación subordina las prioridades en cooperación a la situación económico-financiera actual. Supone un intento de adelgazamiento normativo  Establece un nuevo ámbito de prioridades geográficas en 23 países (América Latina, África y Asia, con Filipinas como único destinatario. Se opta por la concentración sectorial y por priorizar aquéllos proyectos y campos donde la cooperación española tenga una “ventaja comparativa” respecto de otros países emisores de ayuda. Se quiere apostar por la rendición de cuentas a la ciudadanía: abrir a la empresa privada el ámbito de la cooperación, como actor comprometido en su desarrollo y ejecución, y no sólo de manera cosmética. Las cifras destinadas a cooperación podrían volver a niveles de 1981 en materia de cooperación al desarrollo. Según el acuerdo de no disponibilidad los fondos dedicados a la acción exterior han disminuido un 65,7%. La gran perjudicada ha sido la cooperación al desarrollo (las AECID y FONPRODE). Los esfuerzos se destinan a mejorar la eficacia de la ayuda, mediante la concentración geográfica y sectorial.

(2) Estar condicionada por la [prioritaria] situación económica de Europa, principal referencia externa. Aunque la elección de García-Margallo al frente del MAEC evidenció que las tres prioridades serían «Europa, Europa y Europa» [para negociar las condiciones de gestión de la salida de la crisis], se ha constatado una estrategia europea clara, percepción que se ha extendido a otras actuaciones dominadas por un carácter reactivo y de gestión de crisis. Así y de cara al interior, el Gobierno ha querido olvidar a Europa, si bien ha tenido que recordar constantemente su apuesta por la austeridad. De haber formado las alianzas necesarias para ello, la flexibilidad demandada por España podría haberse convertido [haciendo de contrapeso a la austeridad alemana] en punto de confluencia para quienes creen necesario compaginar crecimiento y reformas. A pesar de que la llegada de Hollande podría haber abierto la puerta a políticas de crecimiento y a una mayor integración de la Eurozona, se ha constatado que nada se mueve en Europa si Alemania no lo apoya. Así pues, marcada por el discurrir de la crisis en la Eurozona y las presiones sobre la deuda del Estado, la tormenta en la UE ha obligado al Gobierno a asumir como principal misión calmar a los mercados y contentar las aspiraciones nórdico-germanas acerca del cumplimiento de los objetivos de déficit.

(3) El tono general de las actuaciones del Gobierno en el exterior ha tenido un marcado sello económico por cuanto, dada la necesidad de afianzar el valor de la Marca España como proyecto político de primer orden, como Proyecto de Nación, el aumento de la Diplomacia Comercial [y también Pública] ha ocupado buena parte de la acción exterior con el objetivo de cambiar paradigmas sociológicos, culturales e históricos de la percepción del país en el exterior. Como resultado se ha intentado fortalecer la presencia empresarial española en el exterior aprovechando el auge de las exportaciones [único componente de la economía española que ha crecido en 2012], constatándose una mayor predisposición inversora hacia Asia [India y Asia Oriental] y África, una vez consolidados el entorno europeo e iberoamericano. También se ha llevado a cabo una campaña de incentivación a la inversión extranjera en España, especialmente la china.

Abandonando el discurso internacionalista y protegiendo lo español, el proyecto de la Marca España esconde un arma política de uso interno, imbuyendo de patriotismo un proyecto que debería centrarse en la  proyección exterior y la mejora de la imagen de país. Las declaraciones del ministro de Exteriores sobre las ambiciones independentistas de Cataluña y la insolvencia de ciertas CCAA, no ayudan a mantener el perfil diplomático propuesto por los impulsores de la Marca España de cara al exterior. Así pues, el impulso a la Diplomacia Económica y Pública bajo la Marca España debe integrarse en una estrategia más amplia y sustantiva, en la cual ha destacado la aproximación a América Latina [Cumbre Iberoamericana de Cádiz] para buscar un nuevo modelo de relación que potencie la actividad económica española, objetivo que, sin embargo, puede entrañar dificultades como mostró la secuencia de acontecimientos en el enfrentamiento Gobierno argentino-Repsol-YPF o en la expropiación de la filial boliviana de Red Eléctrica de España, acontecimientos ambos que manifiestan la necesidad de profundizar en las relaciones bilaterales y en la triangulación global con otros socios estratégicos [Brasil], obviando medidas unilaterales de poco calado [frenar las importaciones de biodiesel argentino].

(4) Las actuaciones del Gobierno en política exterior han estado dominadas por un carácter reactivo y de gestión de crisis: Europa, YPF, Gibraltar o el reiterado aplazamiento del proyecto Marca España son sólo algunos ejemplos. Además, la ausencia de una única voz y el gran número de interlocutores existentes [desde Morenés hasta de Guindos, pasando por S.M. el Rey], ha contribuido a la sensación de que un acción gubernamental profusa, difusa y confusa. ¿Impresión? La acción exterior española se limita a respuestas ad hoc a los acontecimientos. Así pues, es necesario establecer líneas estratégicas y mecanismos de coordinación/comunicación para lograr una política exterior proactiva y eficaz que mejore la capacidad de respuesta y reduzca la sensación de improvisación, para lo cual, además de buscar consenso político, es preciso dialogar con sectores más amplios de la sociedad civil.

En otro orden de cosas, se ha manifestado una gran sensibilidad hacia las plazas e islas de soberanía española en África, situando a Ceuta y Melilla (“amenazas no compartidas”) como clave de bóveda de la protección estratégica de los intereses territoriales españoles fuera de la península. El Gobierno utiliza una doble vara de medir, alzando el tono en la orilla sur pero buscando salidas diplomáticas al contencioso mantenido con el Reino Unido por la faena de pesqueros españoles en Gibraltar. La posición del Gobierno debería centrarse en forjar una imagen positiva de España como promotor de la paz y de la democracia en la orilla norte de la zona Euro-mediterránea.

Es prioritario por tanto, además de reforzar la posición de España en los foros internacionales retomando un discurso más atractivo, consolidar el rumbo marcado durante 2012 que conjugue los dos estados de ánimo exterior mostrados: el de la incertidumbre [futuro impredecible de la Eurozona] y el del rumbo concreto [con clara voluntad política del Gobierno hacia la diplomacia comercial, el proyecto Marca España y la renovación de la cooperación o el desarrollo de documentos estratégicos]. Avanzar hacia la salida de la crisis implicará jugar a un tiempo en casa, en Europa y en regiones como América Latina o el Mediterráneo, promoviendo intereses estratégicos, económicos y políticos. Esto hace necesario acelerar y hacer visible la definición de líneas estratégicas, así como establecer mecanismos de coordinación de la acción exterior para mejorar la capacidad de respuesta y reducir la sensación de improvisación.


CLICA AQUÍ para acceder a UNED store