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Texto académico de evaluación continua Relaciones Internacionales II: Sociedad Internacional, Organizaciones y Dinámicas (Grado de Ciencia Política y de la Administración -UNED). |
Interesando la Política Exterior
de España en general y su reciente evolución en particular, este documento describe,
analiza y valora los ejes axiológicos en torno a los que el Ministerio de
Asuntos Exteriores y de Cooperación [MAEC] ha diseñado y ejecutado la Política
Exterior española [PEXE] durante el primer año de nuestra X Legislatura. Con
ello se pondrá de manifiesto que dichos ejes medulares se ocupan de los cuatro
grandes problemas en los que, al decir del profesor Pereiro, se manifiesta el
Problema de España: gobernabilidad, identidad, atraso económico y su papel en
el ámbito internacional.
Para restablecer el consenso respecto de la PEXE y lograr un proyecto
global e integral para adaptarnos a la globalización, recién asumida la cartera
del MAEC, García-Margallo convocó una Reunión
de Estado con los anteriores Ministros de Asuntos Exteriores de la
democracia para reflexionar conjuntamente sobre lo que debe ser la PEXE en el siglo XXI. ¿Conclusión? Estamos en un mundo
cambiante y en la necesidad urgente de adecuar el servicio exterior a esta nueva
realidad.
Dentro de las iniciativas accionadas
para mejorar la proyección exterior [presencia e imagen] de España y para
aumentar las sinergias de cooperación interna, el MAEC ha ofrecido a las CCAA
la posibilidad de incorporar sus oficinas en el exterior a las Cancillerías de las Misiones
diplomáticas de España y en la REPER para facilitar la promoción de sus
intereses en el exterior en el marco de sus competencias. La Rioja, Valencia,
Castilla León, Galicia, Asturias y Navarra ya han firmado Protocolos Generales de Colaboración y otras CCAA estudian su aplicación.
Otorgando una importancia primordial al multilateralismo efectivo y decididamente comprometida con los principios/valores de NNUU, España presentó su candidatura al Consejo de Seguridad para el bienio 2015-2016 y, desde nuestra privilegiada posición geoestratégica entre Europa y el Mediterráneo Sur, lanzó la iniciativa hispano-marroquí para mediar en el Mediterráneo y crear con ello un estado de opinión favorable a las soluciones negociadas, desarrollando capacidades de mediación de las instituciones locales/nacionales mediterráneas.
En sus tres
décadas de pertenencia a la OTAN, España ha participado activamente en la
mayoría de sus proyectos/operaciones,
demostrando ser un socio fiable. El Gobierno español continua comprometido con
la seguridad/estabilidad internacional y, dentro de la OTAN, está decidida a
cumplir con sus compromisos internacionales. En su primer encuentro bilateral
con Hillary Clinton en la Conferencia de
Seguridad de Munich, García-Margallo le lanzó dos mensajes: «España será un
socio fiable que cumple sus compromisos» y «Spain is back» en el anclaje
atlántico y europeo, sumándose así a sus socios con actuaciones a favor de la
paz, la seguridad y estabilidad internacional. Así, confirmó la retirada de
Afganistán [1.500 militares españoles] en colaboración con sus socios aliados.
Así mismo, García-Margallo se reunió con el Secretario General de la OTAN para
preparar la próxima Cumbre de la Alianza
Atlántica.
Aprovechar nuestros activos para construir una imagen positiva de España en el exterior resulta imperativo en la actualidad. El objetivo del Proyecto Marca España es restablecer/potenciar una imagen nacional eficaz, innovadora, cohesionada y competitiva, transmitiéndola al exterior y movilizando todos sus activos en una estrategia integral con cuatro pilares: empresas, innovación, cultura y deporte. Contando con una estructura propia, esta iniciativa implica el impulso conjunto de la Diplomacia Económica y de la Diplomacia Pública en colaboración con la empresa española presente en el exterior.
Dado que la recuperación económica es la prioridad del
Gobierno, el MAEC se ha sumado al logro de este objetivo empleando los recursos
a su alcance: recuperarnos económicamente depende de que las empresas externalicen
su oferta y penetren en los mercados internacionales. Así, la Diplomacia Económica pone a disposición
del sector productivo español toda su potencia de acción exterior, aportando sus
conocimientos y capacidad de gestión para que nuestro sector productivo aumente
su competitividad y gane presencia fuera de nuestras fronteras. Embajadas y Oficinas Consulares apuntalan la presencia de empresas españolas en
el exterior, abriendo nuevos canales de aprovechamiento de oportunidades de negocios
en mercados variados y dispares. El Acuerdo Comercial con Filipinas, celebrado
en el seno de la IX Cumbre
ASEM, es un ejemplo del esfuerzo de España por impulsar el
comercio global y la visita a Singapur [plaza financiera más importante del
sudeste asiático] buscó aumentar la presencia empresarial española en la región
y atraer inversión, analizándose las posibilidades de utilizar Singapur como
plataforma para las inversiones españolas en Asia y España
como puente para
Latinoamérica y norte de África.
Avanzar hacia una integración fiscal y financiera en la UE es un eje fundamental de la política económica que se está negociando en los foros de la UE y de la Zona Euro, así como en cumbres y encuentros bilaterales. La salida de la actual situación de la economía europea precisa de una mayor integración/coordinación de las políticas económicas y financieras nacionales [supervisión bancaria única europea, mayor integración presupuestaria y posible mutualización de la deuda], necesaria para el buen funcionamiento de la unión económica y monetaria y para reforzar el papel de la UE como uno de los principales actores económicos globales. Aunque las dificultades son económicas, algunos aspectos clave de la solución son políticos: construir más Europa mediante una verdadera gobernanza económica y un Tesoro Europeo. Como parte del Club de Berlín, España apuesta por «Más Europa» para hacer de la UE un actor más fuerte en la escena internacional mejorando la capacidad de actuación de la UE para afrontar con garantías los desafíos globales. España ha destacado la necesidad de apostar, como complemento a la austeridad, por el crecimiento económico sostenible, modernizando las economías, generando mayor competitividad y corrigiendo los desequilibrios económicos. Para ello apuesta por profundizar en una verdadera Unión Económica y Monetaria y en las negociaciones del próximo presupuesto de la UE (Marco Financiero Plurianual 2014-2020) ha destacado el valor añadido de las políticas de solidaridad que fomentan la convergencia económica entre las regiones europeas. Existe necesidad de «más Europa» porque la salida de la crisis sólo tiene un camino: la apuesta por Europa como proyecto político, económico y social.
Buscando el apoyo de sus principales socios [Francia,
Italia, Portugal, Polonia y Turquía], especialmente cuando se incrementó la
presión sobre el sistema financiero tras la nacionalización de Bankia, España celebró Cumbres bilaterales para
identificar áreas/objetivos comunes para hacer frente a los desafíos compartidos.
En este contexto, destacó el viaje de García-Margallo a Berlín [para tratar cuestiones
de la agenda bilateral e internacional y explicar las reformas económicas
emprendidas por el Gobierno español para afrontar la crisis económica] y Londres
para analizar cuestiones internacionales [Siria y la inestabilidad financiera
en Europa] y un aspecto [permanente] de sus relaciones bilaterales: Gibraltar. El
Gobierno ha instado al Reino Unido a retomar la [interrumpida] negociación
bilateral sobre cuestiones de soberanía, conforme a lo señalado en la Declaración de Bruselas, proponiendo un
nuevo esquema [simbólico
y de audiencia interna]
cuatripartito de cooperación regional [que sustituya al Foro Tripartito de Diálogo] para intentar solucionar el conflicto
pesquero en aguas del Peñón.
La Primavera Árabe ha modificado el panorama sociopolítico en la ribera sur del Mediterráneo. Implicada con estos procesos de democratización, España aporta como factor diferencial la experiencia de su transición, modelo internacional de proceso reformista, pacífico y consensuado. Para García-Margallo ha sido prioritario apoyar estas transiciones en el Mundo Árabe mediante contactos políticos de alto nivel, la organización y participación en eventos de la sociedad civil y el fomento de las relaciones económicas
La política exterior española hacia los vecinos del
sur [Marruecos y Argelia] se ha visto impulsada desde una perspectiva multidimensional
[política, económica, histórica, cultural, geográfica y social] que vinculan a
nuestros países. Se han intensificado las relaciones con reuniones tripartitas
de alto nivel, precedidas por contactos a nivel ministerial y técnico
destinadas a establecer una cooperación más intensa. Además, el MAEC, a través
de la AECID, ejecuta una política catalizadora
para reforzar los vínculos entre las tres sociedades a nivel empresarial,
sociedad civil, medios de comunicación o partidos políticos.
El año 2012 se ha visto sacudido por la
desestabilización/crisis de la región del Sahel, y especialmente de Mali, a
manos de una serie de grupos armados, generalmente islamistas radicales y excluyentes,
que han facilitado la escisión del norte de Malí y su transformación en
escenario de graves violaciones de los derechos humanos y una crisis
humanitaria a gran escala. Ante esta situación, los gobiernos europeos [español
y francés] han comenzado a tomar medidas para protegerse de unas consecuencias
que podrían alcanzar a Europa. África es un continente prioritario para la PEXE
y el Secretario
de Estado de Asuntos Exteriores visitó Nigeria, Mali, Senegal y Cabo Verde
y se reunió con la CEDEAO,
organización regional clave para la política de cooperación española y para la
resolución de la citada crisis de Mali. Los
vínculos políticos, económicos, sociales y de cooperación existentes hicieron
de estas visitas una oportunidad para impulsar
el diálogo y las
relaciones bilaterales, pero, además de lo político, lo económico
incorporó reuniones empresariales
para intensificar los vínculos económicos.
Teniendo en cuenta la importante
reducción de recursos asignado en los PGE, la agenda exterior del primer cuarto
de la X Legislatura se ha caracterizado por:
(1) El bajo perfil de una Política
Exterior de Estado [«patriótica» por oposición a la anterior, ideológicamente
articulada en la Alianza de
Civilizaciones y la Cooperación
Internacional] que, al margen de abrir una ventana de oportunidad para
revisar la visión estratégica de país, puede incomodar a Europa y chocar con
los intereses económicos/empresariales en el exterior, elemento medular de la principal
iniciativa de García-Margallo [la Marca España]. Respecto de la Cooperación al
Desarrollo, el IV Plan Director de Cooperación
subordina las prioridades en cooperación a la situación económico-financiera
actual. Supone un intento de adelgazamiento normativo Establece un nuevo ámbito de prioridades
geográficas en 23 países (América Latina, África y Asia, con Filipinas como único
destinatario. Se opta por la concentración sectorial y por priorizar aquéllos
proyectos y campos donde la cooperación española tenga una “ventaja comparativa”
respecto de otros países emisores de ayuda. Se quiere apostar por la rendición de cuentas a la ciudadanía: abrir a
la empresa privada el ámbito de la cooperación, como actor comprometido en su
desarrollo y ejecución, y no sólo de manera cosmética. Las cifras destinadas a
cooperación podrían volver a niveles de 1981 en materia de cooperación al
desarrollo. Según el acuerdo de no
disponibilidad los fondos dedicados a la acción exterior han disminuido un
65,7%. La gran perjudicada ha sido la cooperación al desarrollo (las AECID y
FONPRODE). Los esfuerzos se destinan a mejorar la eficacia de la ayuda,
mediante la concentración geográfica y sectorial.
(2) Estar condicionada por la
[prioritaria] situación económica de Europa,
principal referencia externa. Aunque la elección de García-Margallo al frente
del MAEC evidenció que las tres prioridades serían «Europa, Europa y Europa»
[para negociar las condiciones de gestión de la salida de la crisis], se ha
constatado una estrategia europea clara, percepción que se ha extendido a otras
actuaciones dominadas por un carácter reactivo y de gestión de crisis. Así y de
cara al interior, el Gobierno ha querido olvidar a Europa, si bien ha tenido
que recordar constantemente su apuesta por la austeridad. De haber formado las
alianzas necesarias para ello, la flexibilidad demandada por España podría haberse
convertido [haciendo de contrapeso a la austeridad alemana] en punto de confluencia
para quienes creen necesario compaginar crecimiento y reformas. A pesar de que
la llegada de Hollande podría haber abierto la puerta a políticas de
crecimiento y a una mayor integración de la Eurozona, se ha constatado que nada
se mueve en Europa si Alemania no lo apoya. Así pues, marcada por el discurrir
de la crisis en la Eurozona y las presiones sobre la deuda del Estado, la tormenta
en la UE ha obligado al Gobierno a asumir como principal misión calmar a los mercados y contentar las aspiraciones
nórdico-germanas acerca del cumplimiento de los objetivos de déficit.
(3) El tono general de las
actuaciones del Gobierno en el exterior ha tenido un marcado sello económico
por cuanto, dada la necesidad de afianzar el valor de la Marca España como proyecto político de primer orden, como Proyecto de Nación, el aumento de la Diplomacia Comercial [y también Pública] ha ocupado buena parte de la
acción exterior con el objetivo de cambiar paradigmas sociológicos, culturales
e históricos de la percepción del país en el exterior. Como resultado se ha
intentado fortalecer la presencia empresarial española en el exterior aprovechando
el auge de las exportaciones [único componente de la economía española que ha
crecido en 2012], constatándose una mayor predisposición inversora hacia Asia
[India y Asia Oriental] y África, una vez consolidados el entorno europeo e
iberoamericano. También se ha llevado a cabo una campaña de incentivación a la
inversión extranjera en España, especialmente la china.
Abandonando el discurso
internacionalista y protegiendo lo
español, el proyecto de la Marca España esconde un arma política de uso
interno, imbuyendo de patriotismo un proyecto que debería centrarse en la proyección exterior y la mejora de la imagen
de país. Las declaraciones del ministro de Exteriores sobre las ambiciones
independentistas de Cataluña y la insolvencia de ciertas CCAA, no ayudan a
mantener el perfil diplomático propuesto por los impulsores de la Marca España
de cara al exterior. Así pues, el impulso a la Diplomacia Económica y Pública
bajo la Marca España debe integrarse en una estrategia más amplia y sustantiva,
en la cual ha destacado la aproximación a América Latina [Cumbre Iberoamericana
de Cádiz] para buscar un nuevo modelo de relación que potencie la actividad
económica española, objetivo que, sin embargo, puede entrañar dificultades como
mostró la secuencia de acontecimientos en el enfrentamiento Gobierno argentino-Repsol-YPF
o en la expropiación de la filial boliviana de Red Eléctrica de España, acontecimientos
ambos que manifiestan la necesidad de profundizar en las relaciones bilaterales
y en la triangulación global con otros socios estratégicos [Brasil], obviando medidas
unilaterales de poco calado [frenar las importaciones de biodiesel argentino].
(4) Las actuaciones del Gobierno
en política exterior han estado dominadas por un carácter reactivo y de gestión
de crisis: Europa, YPF, Gibraltar o el reiterado aplazamiento del proyecto
Marca España son sólo algunos ejemplos. Además, la ausencia de una única voz y
el gran número de interlocutores existentes [desde Morenés hasta de Guindos,
pasando por S.M. el Rey], ha contribuido a la sensación de que un acción
gubernamental profusa, difusa y confusa. ¿Impresión? La acción exterior
española se limita a respuestas ad hoc
a los acontecimientos. Así pues, es necesario establecer líneas estratégicas y
mecanismos de coordinación/comunicación para lograr una política exterior
proactiva y eficaz que mejore la capacidad de respuesta y reduzca la sensación
de improvisación, para lo cual, además de buscar consenso político, es preciso
dialogar con sectores más amplios de la sociedad civil.
En
otro orden de cosas, se ha manifestado una gran sensibilidad hacia las plazas e
islas de soberanía española en África, situando a Ceuta y Melilla (“amenazas
no compartidas”) como clave de bóveda de la protección estratégica de los
intereses territoriales españoles fuera de la península. El Gobierno utiliza
una doble vara de medir, alzando el tono en la orilla sur pero buscando salidas
diplomáticas al contencioso mantenido con el Reino Unido por la faena de
pesqueros españoles en Gibraltar. La posición del Gobierno debería centrarse en
forjar una imagen positiva de España como promotor de la paz y de la democracia
en la orilla norte de la zona Euro-mediterránea.
Es prioritario por tanto, además
de reforzar la posición de España en los
foros internacionales retomando un discurso más atractivo, consolidar el rumbo
marcado durante 2012 que conjugue los dos estados
de ánimo exterior mostrados: el de la incertidumbre [futuro impredecible de
la Eurozona] y el del rumbo concreto [con clara voluntad política del Gobierno
hacia la diplomacia comercial, el proyecto Marca España y la renovación de la
cooperación o el desarrollo de documentos estratégicos]. Avanzar hacia la
salida de la crisis implicará jugar a un tiempo en casa, en Europa y en
regiones como América Latina o el Mediterráneo, promoviendo intereses
estratégicos, económicos y políticos. Esto hace necesario acelerar y hacer
visible la definición de líneas estratégicas, así como establecer mecanismos de
coordinación de la acción exterior para mejorar la capacidad de respuesta y
reducir la sensación de improvisación.
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