¿DEL ONE WORLD DE ROOSEVELT AL GLOBAL WORLD DE BARBIE EN 30 SEGUNDOS?

Texto académico de evaluación continua
Relaciones Internacionales II: Sociedad Internacional, Organizaciones y Dinámicas
(Grado de Ciencia Política y de la Administración -UNED).
Interesando el estudio de los actores, factores y procesos de la sociedad internacional, este experimento centra su análisis esquemático y valorativo [del papel desempeñado por Estados Unidos] en uno de los procesos asociados a la nueva sociedad global y configurador del actual proceso de mundialización. En conjunto y desde una visión de síntesis de las tendencias globales de la política mundial, tales procesos conforman un nutrido abanico de objetos de estudio de las Relaciones Internacionales [Figura 1], de entre los que interesa aquí la irresuelta cuestión de la desigual distribución de la riqueza mundial al socaire del Sistema Economía-Mundo de Wallerstein. ¿Qué papel desempeñan las nuevas instancias privadas y semipúblicas que, junto a los tradicionales Estados-nación, se han erigido en actores principales de un sistema internacional globalizado al compás de la melodía estadounidense escrita sobre la partitura de la transnacionalización interdependiente? Más concretamente, ¿qué rol desempeñan sus corporaciones transnacionales?

FIGURA 1. Factores relacionados con la Globalización: Corporaciones Transnacionales y Distribución de la Riqueza Mundial [Elaboración propia sobre GARCÍA PICAZO, 2012]

Además de colapsar ciertos regímenes/cosmovisiones políticas y modificar el balance de fuerzas entre las potencias estratégicas derivando a una situación unipolar tendente al One World de Roosevelt, la Guerra Fría también se tradujo en un tercer cambio significativo para el mundo: el surgimiento de nuevos procesos internacionales, entre los que destaca el de la globalización. Pero, la globalización no es un proceso reciente: la interdependencia de las economías mundiales data del siglo XV con el expansionismo mercantilista de Europa Occidental. De hecho, hay quien considera que en la economía mundial de finales del siglo XIX existía una mayor integración que en la actualidad. Y tampoco lo es la doctrina económica [neoliberalismo] que la alienta, formulada hace más de 200 años por Adam Smith. Actualmente y una vez estabilizado el bloque capitalista [Primer Mundo] frente al bloque socialista [Segundo Mundo], el Nuevo Orden Mundial [globalizado] es una propuesta diseñada conjuntamente por los países, gobiernos y corporaciones transnacionales del Mundo Libre sustentada en una línea de acción primordial: la reactivación de la economía mundial mediante la Estrategia Global, cuyo propósito central consiste en estimular la acumulación del capital y crear un nuevo paradigma. Esta estrategia se sustenta en la transformación [reajuste] internacional de la estructura productiva, comercial, financiera y de servicios del Norte mediante la incorporación parcial del Sur a través de la nueva división internacional del trabajo. Se trata por tanto, de una propuesta del y para el sistema capitalista con el propósito de contrarrestar la crisis económica internacional e impulsar la recuperación de la propia economía capitalista. Una estrategia múltiple, con áreas diversas, objetivos generales y específicos, aislados e interrelacionados, a corto, mediano y largo plazo. En otras palabras: generar una base económica que sirva de apoyo a la construcción de un Nuevo Orden Mundial, si bien generando un debate entre opiniones encontradas. Mientras que para sus partidarios la globalización se trata de una variante de la sociedad multicultural basada en la tolerancia y el bienestar económico para todos, sus detractores acentúan sus efectos en forma de pérdida de identidad cultural y amenaza para la economía mundial: reestructuración, traslado y creación de nuevos lugares de producción, expansión de transacciones financieras, aprovechamiento de disparidades en las legislaciones impositivas de diferentes países y maximización de las ganancias, a sabiendas de que una gran parte de la humanidad padece los efectos de una creciente desigualdad social, violación de derechos humanos y escasa/nula protección del medio ambiente. En este sentido, Kofi Annan planteó el Pacto Global en el que se exhorta a las instancias privadas inversoras [extranjeras] a respetar los derechos humanos y los estándares sociales y ambientales en los países en los que operan.

Desde la perspectiva de lo político, la globalización puede quedar caracterizada, entre otros, por los siguientes factores:

(1) Interconectividad. Los procesos de interconexión económica, política, legal, militar y cultural están transformando la naturaleza, el alcance y la capacidad del Estado moderno, desafiando o directamente reduciendo sus facultades en ciertas esferas;

(2) Deslegitimación Exterior. La globalización ha menoscabado el papel del Estado en favor de un poder político global en forma de estructura de autoridad plural asociada con la ONU [G7, ahora G8]. A su vez, esta erosión del Estado-Nación (convertido en Estado de Competencia) conduce a una mayor incertidumbre regulatoria institucional global, al tiempo que socava los sistemas democráticos nacionales de control y de regulación;

(3) Glocalización. La interconexión regional y global crea cadenas de decisiones y consecuencias políticas entrelazadas entre los Estados y sus ciudadanos que alteran la naturaleza y la dinámica de los propios sistemas políticos nacionales; y

(4) Deslegitimación Interna. Las identidades políticas y culturales se remodelan al calor de estos procesos, animando a muchos movimientos y nacionalismos locales/regionales a cuestionar el Estado-Nación como sistema de poder representativo y responsable.

Paralelamente y desde la perspectiva de lo no-político, la globalización puede quedar caracterizada, entre otros, por los siguientes factores:

(1) Tener [Capital]. Como fuerza mundial independiente y dado el predominio de las finanzas sobre la producción, el capital financiero ha promovido el ascenso de oligopolios globales [corporaciones multinacionales] que, de la mano de los bancos transnacionales, se han transformado en poderes más influyentes que los propios estados nacionales y sus respectivas economías nacionales;

(2) Saber [Conocimiento]. En una Sociedad del Conocimiento, la creciente importancia de la estructura del saber ha generado que este conocimiento constituya un factor de producción clave;

(3) Poder [Transferencia Tecnológica]. La rapidez para generar y transnacionalizar nuevas tecnologías conduce a una creciente dependencia de la innovación y un creciente riesgo de obsolescencia; y

(4) Hacer [Producción]. Internacionalización de los sistemas productivos y de servicios. No obstante, la receta neoliberal pregonada por el FMI y el BM no es la única forma posible de insertarse en el proceso globalizador. Ante la globalización se puede actuar en sentido contrario: creando bloques regionales, protegiendo a las industrias nacionales y controlando los mercados internos. La globalización es simultánea a procesos abiertamente contrarios como el resurgimiento de los nacionalismos (en Europa y Asia) y la creación de bloques económicos proteccionistas [UE o Mercosur]. Por tanto, es falso que la globalización sea un proceso que absolutiza las relaciones político-económicas a nivel internacional.

El Papel de Estados Unidos. Como plantea Nye, como país hegemónico, Estados Unidos juega tres partidas de ajedrez simultáneas. Mientras en el tablero superior [militar] no tiene opositor y en el intermedio [económico] concierta alianzas y negocia con Japón o la UE, en el tablero inferior [relaciones transnacionales que rebasan las fronteras y quedan fuera del control gubernamental] muestra el alcance de los Juegos de Suma Cero en los que las ganancias de un jugador están inexorablemente asociadas a las pérdidas del otro. Como juego de estrategia competitiva, lo promovido y ocurrido por Estados Unidos en los 64 escaques responde a una lógica Win-Lose destinada a derrocar al rey oponente mediante la captura progresiva y planificada de las 16 piezas del contrincante. Como Kasparov en su partida contra Topalov de 1999 en la que jugó 24.Rxd4 (una de las combinaciones más espectaculares jamás ejecutadas y en la que se visualizan anticipadamente quince movimientos para saber si la jugada funcionará) en este tercer tablero el poder está muy disperso y esta realidad transforma el sistema internacional en un arreglo piramidal de interdependencia asimétrica que, en el entorno de un proceso de transnacionalización y mundialización, destaca la primacía de las microempresas y la integración a escala mundial de sus estrategias, permitiendo el paso de la corporación internacional tradicional a la corporación multinacional y de ésta a la transnacional y su predominio, en un período de auge al socaire de unos organismos multilaterales [FMI o BM] que controlan las economías emergentes.  

FIGURA 2. Factores relacionados con la Globalización: Corporaciones Transnacionales y Distribución de la Riqueza Mundial [Elaboración propia].

Las 4Cs de la Globalización. El tópico globalización hace referencia a la constante interconexión e interdependencia espacio-temporal entre diferentes pueblos, regiones y países del planeta que, con importantes repercusiones en las esferas política, social y cultural, influye de forma especial en las relaciones económicas mediante la  homogeneización y universalización de los mercados.

(1) CELERIDAD. No siendo esto nuevo, sí que destaca hoy día la celeridad con que se instala y propaga este proceso de globalización. Según los geólogos, el planeta Tierra tiene una edad de 4.500 millones de años y la habitamos desde hace 500.000 años. La agricultura tiene 12.000 años, justo el doble que las civilizaciones. Si pensáramos que toda la existencia humana ha durado el equivalente a un día, la agricultura habría aparecido a las 23:57 horas, las civilizaciones un minuto después […] y el desarrollo de las sociedades modernas no empezaría hasta las 23:59 horas y 30 segundos… Sin embargo, en esos últimos 30 segundos de la jornada de la humanidad tal vez se hayan producido más cambios que en todas las horas previas. El periodo conocido como modernidad ha sido testigo de una globalización acelerada y las personas de todo el mundo que la protagonizamos estamos más interconectadas y somos más interdependientes que nunca antes. Cada vez es más cierto que vivimos en un solo mundo de manera que los individuos, grupos y naciones se hacen más interdependientes […] a un ritmo e intensidad de la globalización de los últimos 30 años […] Esta idea de aceleración es la que caracteriza este periodo de tiempo como radicalmente diferente […] El papel de las corporaciones multinacionales, cuyas enormes operaciones cruzan las fronteras de las naciones, influyendo en los procesos de producción global y en la distribución internacional del trabajo […] alcance sin precedentes del comercio mundial.

(2) CONCENTRACIÓN. Un segundo aspecto que no puede dejarse de citar es la concentración de la riqueza en los países desarrollados en general y en Estados Unidos en particular. Según datos del FMI relativos al año 2012, el PIB [Nominal] de Estados Unidos representa más del 20% del PIB mundial. De hecho, junto con el de China, Japón, Alemania y Francia aglutinan la mitad del PIB mundial. Y si sustituimos Alemania y Francia por el conjunto de la UE se alcanza el 65,3% del PIB mundial. ¿Por qué? Hoy el Business Chess constata que el valor de la marca Coca-Cola iguala el PIB de Ecuador, duplica el de Serbia o Panamá y triplica el de Bolivia o Paraguay [Figura 2]. Y es que, entre los muchos factores económicos que impulsan la globalización, el papel de las corporaciones transnacionales es especialmente importante. Acostumbrando a constituir gigantescos complejos internacionales cuyas operaciones entrecruzan el globo, están orientadas a mercados y ganancias de carácter global de forma que ostentan un lugar primordial en el proceso de globalización económica: realizan las 2/3 partes del comercio mundial y son actores de primera categoría en los principales mercados financieros internacionales, ejes de la economía contemporánea mundial.

Las principales multinacionales del mundo son más grandes, desde el punto de vista económico, que la mayoría de los países. En 2012, las diez principales corporaciones transnacionales facturaron casi 2,3B$ (casi igualando el PIB de Francia, quinto del mundo) y obtuvieron unos beneficios de 140.117 M$. Exxon Mobil, primera del ranking y obteniendo unos beneficios de 41.060 M$, facturó 452.926 M$, cantidad supera el PIB de Bélgica, Suiza, Finlandia, Suecia o Noruega. En conjunto, una de cada cuatro corporaciones del Global 500 [de Fortune] es estadounidense (68 japonesas, 61 chinas, 35 francesas y 34 alemanas). Sólo un residual 5% de las Global 500 se ubica fuera de Estados Unidos, Europa o el sudeste asiático. A excepción de Wal-Mart Stores, las 20 primeras empresas pertenecen a los sectores energético, automovilístico, financiero y asegurador.

A finales de los 80s y durante los 90s las multinacionales se expandieron de forma espectacular con el establecimiento de los poderosos mercados regionales: Europa (con el Mercado Único), la región asiática del Pacífico (con la Declaración de Osaka que garantizaba la existencia de un comercio libre y abierto para 2010) y Norteamérica (con el NAFTA, acuerdo de libre comercio entre Estados Unidos, Canadá y México). Al finalizar el siglo XX había pocas economías del mundo que estuviesen fuera del alcance de las multinacionales. Desde la perspectiva de su poder como bloque, el tránsito del siglo XX al XXI aparece como un periodo de consolidación de la tendencia a la concentración de poder por parte de las grandes empresas multinacionales, tanto de la potencia individual de cada corporación transnacional como de concentración inter-corporaciones. En la última década, éstas han sido especialmente activas en la expansión de sus operaciones en los países en vías de desarrollo y en las sociedades de la antigua Unión Soviética y de Europa Oriental. Entre 1996 y 2006, las Global 500 incrementaron su volumen de empleo en un 49%, sus ingresos en un 83% y sus beneficios en un 278%. Derivado de ello y considerando que se trató de un periodo expansivo de la externalización en las organizaciones empresariales, puede presuponerse una multiplicación del poder indirecto por esta vía. Las Global 500 ocupan a 150 millones de personas, 2/3 de las cuales son empleos indirectos o externalizados. Además del poder negociador derivado de su capacidad de compra y de la incidencia en los procesos de comercialización, destaca su papel crucial como intermediarios de los recursos de capital circulantes en los mercados financieros. En resumen, parece evidente que por encima de los Estados-nación existe un poder económico mundial concentrado en muy pocas manos que deciden e influyen desde tan sólo medio millar de centros empresariales con los que, desde la flexibilidad y celeridad que les permiten sus decisiones privadas, disponen de una enorme capacidad para incidir sobre todos los ámbitos del sistema social: económico, político, ideológico, informativo, cultural y/o estratégico-militar. En este escenario top-down y como Sheldon Adelson ha puesto de manifiesto recientemente en nuestro país, los Estados se enfrentan a la disyuntiva de gobernar (cerrándose a la globalización mundial y siendo un gobierno que proclame su soberanía) u observar los procesos económicos con políticas de alfombra roja para unas multinacionales que refuerzan las dependencias económicas mundiales. Según palabras del Presidente del Bundesbank, «los políticos deben aprender a obedecer las instrucciones de los mercados […] porque deciden la política económica. El discurso es único […] y es la única definición política que permite el mercado». Aunque el componente estatal del actual mundo de los mercados globalizados es el mayor de la historia, la expansión global de los mercados implica la retracción de los Estados: la desterritorialización de la economía hace que el principio de la autoridad soberana estatal tienda a desvanecerse. La mejor prueba de que la globalización tiene un papel fundamental para las corporaciones transnacionales es que, como se ha visto, algunas presupuestos anuales muy por encima del PIB de la mayoría de los países. Esto hace que se piense en la metabolización del Estado por parte del sistema financiero por cuanto apuesta por gobiernos manejables, evitando los reivindicadores de soberanía.

FIGURA 3. Factores relacionados con la Globalización: Corporaciones Transnacionales y Distribución de la Riqueza Mundial [Elaboración propia].
(3) COMERCIO Y CADENAS [GLOBALES]. En este contexto de interdependencia transnacional aparecen las cadenas globales de artículos como procesos de fabricación cada vez más globalizados de los que forman parte las redes mundiales de mano de obra y procesos de producción manufacturera que elaboran productos acabados. Estas redes engloban todas las actividades de producción fundamentales formando una cadena de valor fuertemente interconectada que abarca desde las materias primas necesarias para crear el producto hasta su consumidor final. No obstante, las actividades más rentables [ingeniería, diseño y marketing] tienden a tener como base los países centrales, mientras que las menos rentables [producción industrial] se localizan en los países de la periferia. Este hecho tiene una importancia trascendental desde el momento en que, durante la última década del siglo XX, el 75% del crecimiento económico mundial es atribuible a la fabricación y geográficamente localizable en los países de renta media. La facturación de la fabricación en estos países pasó del 54% de las exportaciones en 1990 al 71% diez años después. En este sentido, el de China es un ejemplo paradigmático por cuanto ha pasado de ser un país de renta baja a tener una renta media a causa de sus exportaciones de bienes manufacturados, entre los cuales destaca el caso de Mattel Corporation y su producto estrella [Barbie], que sigue siendo la reina del segmento de muñecas de moda y el muñeco más rentable de la historia. Con una facturación de 5.856,2 M$ en 2010 (es decir, la tercera parte de la última de las empresas que forman parte de las Global 500) y una cuota de mercado del 33,8%, esta empresa californiana (con sede en El Segundo) es líder mundial en el diseño, fabricación y comercialización de juguetes, productos educativos y de entretenimiento para la familia. Mattel Corporation cuenta con oficinas e instalaciones en 36 países, 26.000 empleados y vende sus productos en más de 150 países. Actualmente, está entre las veinte marcas de más valor en el mercado, situándose la primera dentro del sector del juguete. Durante el primer semestre de 2012, sus ventas [2.087 M$] descendieron un 1% respecto al año 2011, aunque sus beneficios [104 M$] se incrementaron un 7% y sus costes de fabricación [1.019 M$] se redujeron un 6 %. Quizás por ello, experimentó un incremento bursátil del 15% en el mercado Nasdaq de Nueva York

Esta adolescente de cuarenta y tantos años se vende a un ritmo de dos unidades por segundo aportando a Mattel Corporation más de 1.000 M$ de ingresos anuales. Aunque concentra sus ventas en Estados Unidos, Europa y Japón, Barbie está presente en más de 140 países del mundo, tratándose de una auténtica ciudadana global. Pero Barbie nunca se ha fabricado en Estados Unidos. La primera muñeca se fabricó en Japón hace más de 50 años cuando el país trataba de recuperarse de la Segunda Guerra Mundial y los salarios eran bajos. Cuando éstos aumentaron, Barbie se trasladó a otros países asiáticos de salarios reducidos. En Estados Unidos (dónde deja la mayoría de beneficios) sólo se diseña, se definen las estrategias de marketing y se planifican las campañas publicitarias. La única parte de la Barbie made in USA es el estuche de cartón y algunos esmaltes decorativos. El cuerpo, su peinado, sus vestidos y sus complementos proceden de todo el planeta. De Arabia Saudí se extrae el petróleo refinado que después se convierte en etileno. En Taiwán, la Chinese Petroleum Corporation importa este etileno para venderlo a Formosa Plastic Corporation [mayor productor mundial de PVC utilizado en juguetería] que, a su vez, lo transforma en bolas de PVC que formarán el cuerpo, las cuales se transportan a las cuatro fábricas asiáticas que manufacturan el producto (dos en China, una en Malasia y otra en Indonesia) con maquinaria de inyección construida en Estados Unidos. Moldeado el cuerpo, se le coloca el pelo de nylon fabricado en Japón y se la viste con vestidos confeccionados con algodón chino (la única materia prima que procede del país donde se fabrica la mayor parte de estas muñecas). Prácticamente todo el material utilizado en la fabricación de la Barbie llega hasta el puerto de Hong Kong desde dónde se transporta por carretera hasta las fábricas chinas con una flota de 23.000 camiones que efectúan viajes diarios entre Hong Kong y las fábricas chinas. El producto acabado seguirá la misma ruta pero en sentido inverso. De los 9,99$ del precio final de venta [unitario] en Estados Unidos sólo llegan 35 centavos a China [un 3,5%] y en forma de salarios a las 11.000 campesinas que ensamblan las muñecas en sus dos fábricas. Y estos márgenes de utilidad unitarios se incrementan de forma sustancial en otros formatos de producto: la primera Barbie vestida por Armani costaba 135$/muñeca. Por su parte, Mattel Corporation obtiene un beneficio de 1 dólar/muñeca. Dado que con 65 centavos cubren los costes de plástico, tela, nylon y otros materiales, la mayor parte del dinero se destina a pagar maquinaria y equipos, flete transoceánico, transporte interno por carretera, publicidad, merchandising, espacio de suelo en el punto de venta y los beneficios del comercio minorista. Este análisis del Caso Barbie demuestran: (a) La eficacia de los procesos de globalización para conectar las economías del mundo; y (b) La desigualdad del impacto de la globalización: coincidiendo con el Desarrollo del Subdesarrollo de Frank como visión crítica de la modernización, unos países [centrales] se benefician a costa de otros [periféricos], sin que, necesariamente, estas cadenas globales de artículos promuevan el desarrollo a lo largo de toda la secuencia de sociedades involucradas en ella.


(4) Culturización. Entendiendo la cultura como un conjunto de valores sociales, intelectuales y religiosos que caracterizan a una sociedad y la culturización como el proceso por el que miembros de una cultura se adaptan a otra distinta, puede admitirse que son evidentes los efectos de la globalización sobre los procesos de culturización a los que están sometidos muchos países [periféricos] mediante mecanismos (más o menos sutiles) arbitrados por otros países [centrales, especialmente Estados Unidos]. A pesar que Estados Unidos ocupa el puesto 90º en el ránking mundial de representación femenina en el gobierno y que la proporción de mujeres en el Congreso es del 16,8% y sólo el 12% son gobernadoras/alcaldesas, el pasado año, Mattel Corporation lanzó al mercado Barbie Presidenta como líder del B Party, en modalidad caucásica, hispana, asiática y africana. Ataviada con un traje en rosa con chaqueta rematada con los colores de la bandera estadounidense, no es un outfit casual: ha sido creado por Chris Benz, diseñador ocasional de Michelle Obama. Sin duda, este tipo de iniciativas de mercadotecnia son las responsables de que, por ejemplo, por el Club Barbie de España, con veinte años de existencia, hayan pasado más de 40.000 socias. Pero este intento globalizador por unificar culturalmente al mundo bajo los principios del American Way of Life, hoy sustentado por nuestra  reciente revolución científico-técnica en la Era de la Información Global que construye globalidades compartidas a través de una interdependencia que reemplaza, como señala Giddens,  frontiers by borders, tampoco es nuevo. Desde el siglo XV los europeos occidentales colonizaron al resto de continentes para imponer su modo de vida a todos los pueblos infieles a los que se les cercenó el derecho a seguir profesando sus religiones, hablando sus idiomas y/o practicando sus costumbres y usos consuetudinarios. No es otro el motivo por el que América, con miles de años de civilización propia, hable idiomas europeos y rece al Dios cristiano. De hecho, cada dos semanas desaparece un idioma indígena y se prevé que, a finales del siglo XXI, 5.500 de las 6.000 lenguas que se hablan en la actualidad estarán tan muertas como el griego antiguo o el latín. Así pues, la globalización no es solamente la internacionalización creciente del comercio. Éste es un proceso presente entre los pueblos desde tiempos del imperio romano o de los banqueros florentinos y venecianos. Ahora se presenta como un proceso nuevo a través del cual algunos países y empresas pudientes escriben las reglas del gobierno de una única economía global. Sin embargo y a pesar de los argumentos esgrimidos por defensores y detractores, la globalización es un hecho creciente presente en la dinámica actual, que se multiplica y desarrolla, generando nuevos cambios. Así, pues, la globalización se puede enfrentar, pero no negar, por cuanto se trata de una realidad tangible. Lo importante es fortalecer los Estados-nación, lograr un desarrollo acorde con sus características, proponiendo modelos orientados a desenvolverse con éxito en el mercado internacional y consolidando los acuerdos económicos e integracionistas existentes. Mientras tanto, cabe preguntarse: ¿dónde está Kent?

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