DESARROLLO DEL TALENTO POLÍTICO PARA UNA NUEVA POLÍTICA CONFIABLE

Política y confianza han conformado un binomio indisoluble a lo largo de la historia. El Senado romano conservaba sus tratados estatales con países extranjeros en el templo de Fides, diosa de la confianza en la mitología romana. Venerada como Fides Publica Populi Romani («lealtad hacia el Estado romano»), era invocada para que inspirara relaciones políticas fundamentadas en la lealtad. Andando el tiempo no obstante, este binomio entre Política y confianza ha perdido su vigencia. Un denominador común en muchos de los actuales sistemas democráticos es la desafección ciudadana hacia lo político y la desconfianza hacia los políticos. La clase política, lejos de ser la solución, es, demoscópicamente, uno de los principales problemas. 

Si, como plantea Anthony Giddens, las sociedades son y se hacen simultáneamente, se constituyen, estos datos muestran un preocupante contexto de fractura entre lo social y lo político, haciendo urgente una Nueva Política Confiable. Dado que las causas de estas democracias de baja intensidad son múltiples y variadas, las soluciones para revertirlas en democracias de alta intensidad son múltiples y variadas. Uno de los factores que pueden coadyuvar más y mejor al logro de una Nueva Política Confiable es el factor humano, gestionando y desarrollando el talento político disponible. 

El factor humano en Política presenta dos dimensiones: una individual (actor político) y otra corporativa (partido político). Entre ambas, su correa de transmisión: el líder político. El Talento Político Individual es la intersección que se produce (o no) entre la acción, la capacidad y el compromiso: lo que se hace, lo que se puede hacer y lo que se quiere hacer. Estas tres variables conforman la Competencia Política. Su impacto positivo sobre el rendimiento del partido político requiere que se convierta en Talento Político Corporativo, proceso de transferencia en el que el Liderazgo Político Facilitador es fundamental. La clave no sólo está en disponer de talentos individuales, sino también en cómo gestionarlos. Así pues, la fórmula que conduce a la excelencia en el baile del Capital Político se expresa en una ecuación con dos elementos: (a) Desarrollo del Talento Político Individual mejorando la Competencia Política de los actores políticos; y (b) Desarrollo del Talento Político Corporativo mediante un Liderazgo Político Facilitador. 

Con el presente artículo se inicia la publicación de un Dossier de Desarrollo del Talento Político compuesto por un total de quince artículos organizados en dos series: (a) Serie BeOK©. Centrada en el Talento Político Individual y la Competencia Política, incluye diez artículos sobre algunas competencias clave para cualquier actor político; y (b) Serie IntelKRATOS©. Centrada en el Talento Político Corporativo y el Liderazgo Político Facilitador, se compone de cinco artículos que analizan habilidades directivas básicas para quienes asumen responsabilidades en la gestión de equipos de trabajo. 

Serie BeOK©: TALENTO POLÍTICO INDIVIDUAL Y COMPETENCIA POLÍTICA. ¿Qué diferencia a un político confiable que logra resultados excelentes de uno que no los alcanza? La Competencia Política. Su arquitectura se estructura en tres dominios básicos: ser, hacer y tener. El actor político confiable lo es en función de lo que hace, binomio que determina los resultados que logra. Sus resultados están determinados por sus acciones y omisiones y éstas, a su vez, dependen de la manera en que el actor político se observa a sí mismo (lo que es) y percibe su entorno político (lo que ve, en función de cómo mira). Estos tres dominios competenciales se estructuran en siete dimensiones relacionadas de forma piramidal, siendo las precedentes condiciones necesarias de las posteriores (Figura 1). 

Esta serie de artículos se centra en la dimensión del Saber Hacer: habilidades, procedimientos y actitudes del actor político que (combinados, coordinados e integrados) se accionan para el desempeño de una praxis política excelente. Manifestándose en un amplio abanico de contextos de acción política, la Competencia Política es la suma agregada de pequeñas competencias políticas observables, evaluables y desarrollables mediante formación. Las diez habilidades analizadas se clasifican en dos categorías: 

(a) Competencias de Fluencia: Inteligencia Política 4.0, Comunicación Política Resonante, Cambio Político y Resiliencia, Negociación Política, Timing y Framing; y 

(b) Competencias de Con-Fluencia: Team Work, InnovAcción Política, Entrepreneurship Político, Benchmarking Político y Networking Político. 


FIGURA 1. Dominios y Dimensiones del Talento Político Individual
(BeOK© Modelo de Competencia Política desarrollado por Jorge GUERRERO GARCÍA, 2012)

Serie IntelKRATOS©: TALENTO POLÍTICO CORPORATIVO Y LIDERAZGO POLÍTICO FACILITADOR. El liderazgo político es un objeto de estudio clave en Ciencia Política. Tradicionalmente se ha focalizado la atención en el rol del líder político como candidato electoral, en su actuación orientada hacia sus clientes externos, potenciales votantes de sus propuestas de acción política. Siendo necesaria esta perspectiva, es preciso complementarla con un análisis del rol del líder político como team builder, en su actuación orientada hacia sus clientes internos, los actores políticos que conforman los equipos de trabajo por él dirigidos. Estudiar el liderazgo político ha significado analizar su identidad (rasgos), su cognición (estilo de pensamiento) y/o su dirección (orientación hacia los demás). Complementando este enfoque, nos centraremos aquí en el rol facilitador del líder político como desarrollador de actores políticos, en aquello que debe hacer para transformar en Talento Político Corporativo los Talentos Políticos Individuales. Como actor político presidenciable y precisamente por serlo y para serlo, el líder político necesita gestionar el talento puesto a su disposición. En su acepción sajona, etimológicamente, liderar significa guiar, indicar o conducir. Como team builder, el líder político lidera con y para el actor político. Lidera facilitando y con-venciendo desde la auctoritas y no venciendo desde la potestas. El Liderazgo Político Facilitador se basa en unas guidelines básicas de actuación dentro de la cadena de valor del partido político (Figura 2), con un necesario correlato respecto de la Competencia Política. 


FIGURA 2. Guidelines de la Cadena de Valor  Managerial en el Talento Político Corporativo
(IntelKRATOS© Modelo de Liderazgo Político Facilitador desarrollado por Jorge GUERRERO GARCÍA, 2012)

Relacionada con los dominios y dimensiones de ésta, la reingeniería del liderazgo político hacia la facilitación conforma la estructura cuatridimensional del rendimiento corporativo de los partidos políticos (Figura 3). 


FIGURA 3. Relación Cuatridimensional entre Talento Político y Rendimiento Político Corporativo (Jorge GUERRERO GARCÍA, 2012) 

El adecuado ejercicio de estas pautas de actuación como team builder requiere de una serie de habilidades en la dirección de personas. Las habilidades analizadas en los cinco artículos que componen la Serie IntelKRATOS© son las Competencias de In-Fluencia: Team Building, Dirección por Valores, Branding 2.0, Storytelling y Oratoria. 

Es mucho el trabajo por hacer para reconvertir la Política en el arte de hacer posible lo necesario. Sin embargo, de nuevo la mitología, ahora la griega, nos invita al optimismo. Elpis, diosa de la esperanza (Spes para los romanos), fue la única diosa buena que, sin abandonar a la Humanidad huyendo al Olimpo, permaneció entre nosotros. ¿La compartimos en la búsqueda de una Nueva Política Confiable?

Este artículo ha sido publicado en la Revista NUEVA POLÍTICA.net (Vol. 2, Edición Núm. 12, Págs. 53-54, ISSN 2256-3172) editada por la Escuela de Gobierno Tomás Moro (www.nuevapolitica.net).