Branding Político 2.0: FUNDAMENTOS y ENCUADRE de NetKRATOS© (1 de 5)

De los 23 millones de internautas españoles, un 70% accede diariamente a internet, un 80% tiene presencia en Facebook o Twitter y un 91% promedia 2,31 cuentas activas/persona en redes sociales. Si, como plantea Anthony Giddens, las sociedades son y se hacen al mismo tiempo, se constituyen, es plausible que lo hagan de manera que sus modos de ser y hacer sociales se proyecten sobre todos sus ámbitos de actuación. Y el ámbito político no es una excepción. Nuestra sociedad se está constituyendo como 2.0 y en su seno emerge una Cultura Política 2.0. En el ámbito de lo político, se han vaticinado cinco tendencias de cambio (Freire y Gutiérrez-Rubí, 2010): (a) Participar compartiendo conocimiento político; (b) Cohesión social mediante un activismo horizontal basado en la auctoritas; (c) Fomento de la viralidad creativa; (d) Conocimiento político hipertextual; y (e) Nuevos estilos de liderazgos. Participando de todas ellas, esta ponencia focaliza su análisis en la última de las tendencias mencionadas: el Liderazgo Político 2.0.

Si la evolución iniciada por la Revolución Industrial corresponde al trabajo y la segunda (democracia) corresponde al poder, la tercera (TIC) pertenece a la Sociedad del Conocimiento. Estas tres transformaciones comparten un modelo personalista y expanden socialmente el trabajo, el poder y el conocimiento. En el transcurso de esta cuarta revolución, la irrupción de una Cultura Política 2.0 (soportada en internet y que se nutre de lo comunitario, la colaboración y la participación) cuestiona la continuidad del modelo tradicional de organización de los partidos políticos y de su estilo de liderazgo jerárquico y basado en una potestas que no garantiza la necesaria equivalencia entre poder y competencia para inspirar, influir, cohesionar, implicar, movilizar voluntades y activar recursos. Junto con el trabajo, el poder y el conocimiento (las otras tres dimensiones básicas de nuestra sociedad), el liderazgo está en transformación. El ciudadano conectado soluciona y suma mediante un sharismo web autónomo, no institucionalizado estructurado en torno a la comunicación, comunidad y cooperación y con el que debe interactuarse adecuadamente. De este modo, los ciudadanos se vinculan, participan y son escuchados por los partidos y líderes políticos interactuando mediante las herramientas de la Web 2.0. En este contexto de nuevo universo tecnosocial, ¿transitamos de este Estado de Partidos Electorales a una e-Democracia Crowdcrática y Socionómica?

¿Transitamos de un Estado de Partidos Electorales
a una 
e-Democracia Crowdcrática y Socionómica?
Fundamentos y Encuadre. Son días los nuestros en los que la sociedad civil busca la democracia perdida reconstruyendo la legitimidad de su representación. Para ello, dos de los principales actores políticos (sociedad civil y partidos políticos) redefinen su modelo de interacción política. Google obtiene hoy tres millones de menciones para la entrada «regeneración democrática». Es tiempo de hacer política participando en relaciones de consenso y no sólo transaccionando votos. La sociedad del siglo XXI exige una democracia inclusiva e igualitaria, tendente a una crowdcracia en la que los partidos políticos hagan política con la ciudadanía y no para la ciudadanía. Esta crowdcracia exige una política común, socionómica, construida desde y para una comunidad auto-organizada, prosumer de acción política generadora de valor político (Guerrero, 2012a). ¿Cómo? Internet ha aumentado exponencialmente su acción colaborativa construyendo una Inteligencia Política Colectiva 2.0 distribuida, simbiótica y valorizada en tiempo real. En este contexto, partidos políticos e instituciones empiezan a ser conscientes de la necesidad de adaptarse con rapidez a tres tipos de cambio (soportados y potenciados por las TIC): (a) Un nuevo modelo de organización; (b) Una nueva cultura de la comunicación; y (c) Un nuevo concepto de valor y gestión de la creatividad del talento cívico para la creación de contenidos políticos. El mercado político en general y el electoral en particular, se ha convertido en una conversación exigente mantenida entre ciudadanos digitales con voz y voto online. En consecuencia, exigente debe ser la respuesta ofrecida por Ayuntamientos y Alcaldías para abandonar la condición de actor político 1.0 y operar exitosamente en un mercado político y electoral 2.0: (a) Definición estratégica de su identidad digital corporativa; (b) Definición de su estrategia online; (c) Generación y gestión de contenidos digitales; y (d) Definición de un nuevo modelo de Cultura Política 2.0. En esta construcción socializada de la marca política y entendida como competencia política, el Branding Institucional 2.0 resulta esencial. ¿Objetivo? Creación, gestión y desarrollo de la marca política personal y/o corporativa (interna, electoral e/o institucional) como eje fundamental en la estrategia de crecimiento y consolidación de partidos y líderes políticos en sus mercados políticos y electorales municipales de referencia. Pero, ¿cómo están socializando la construcción de sus marcas políticas los Ayuntamientos y Alcaldes españoles? ¿Cómo traducen a bits su reputación corporativa? ¿Qué herramientas 2.0 articulan este proceso? ¿Con qué resultados?

Uno de los factores que pueden coadyuvar más y mejor al logro de una eficiente Política 2.0 es el factor humano, gestionando y desarrollando el talento político disponible que presenta dos dimensiones: una individual (Alcalde) y otra corporativa (Ayuntamiento) (Guerrero, 2012b:53). Entre ambas, su correa de transmisión: el líder político. El Talento Político Individual es la intersección que se produce (o no) entre la acción, la capacidad y el compromiso, es decir, lo que se hace, lo que se puede hacer y lo que se quiere hacer. El conjunto de estas tres variables conforma BeOK© como Modelo de Competencia Política, centrándose  en la gestión del Talento Político Individual y en analizar los factores que diferencian al político confiable que logra resultados excelentes de uno que no los logra (Guerrero y Manzano, 2012a). La arquitectura de la Competencia Política se estructura en tres dominios básicos: ser, hacer y tener. El actor político confiable lo es en función de lo que hace, binomio que determina los resultados que logra. Sus resultados están determinados por sus acciones y omisiones y éstas, a su vez, dependen de la manera en que el actor político se observa a sí mismo y percibe su entorno político. Trenzados entre sí de este modo, estos tres dominios competenciales se estructuran en siete dimensiones competenciales relacionadas de forma piramidal, siendo las precedentes condiciones necesarias de las posteriores [Figura 1].

Figura 1. Arquitectura de la Competencia Política según BeOK© Modelo de Competencia Política  (Guerrero y Manzano, 2012a)

Conceptualmente y relacionada con la Inteligencia Política 5.0 (Guerrero, 2012c:71), la Competencia Política hace referencia al conjunto de habilidades, procedimientos y actitudes del actor político que (combinados, coordinados e integrados) se accionan para el desempeño de una praxis política excelente, superior al estándar de ejecución valorado como adecuado. Manifestándose en un amplio abanico de contextos de acción política, la Competencia Política es la suma agregada de pequeñas competencias políticas observables conductualmente, evaluables y predecibles. BeOK© clasifica estas pequeñas competencias en tres categorías: Competencias de Fluencia, de Con-Fluencia y  de In-Fluencia. Entre estas últimas, destaca la competencia de Branding Político 2.0 [Figura 2]. 

Figura 2. Tag Cloud Competencial según BeOK© como Modelo de Competencia Política (Guerrero y Manzano, 2012a)

En un entorno social que podría analizarse como tendente a una Crowdcracia Socionómica, Ayuntamientos y Alcaldías conversan con la ciudadanía digital en un proceso que conduce a la interactividad a través de la secuencia: (a) Apertura (de Ayuntamientos y Alcaldías); (b) Apropiación (de la Ciudadanía Digital); y (c) Participación (de todos los actores políticos). Esta ponencia presenta NetKRATOS© como Modelo de Gestión y Desarrollo del Talento Cívico y Evaluación del Branding Político-Institucional 2.0 de Ayuntamientos y Alcaldías [Figura 3].

Figura 3. NetKRATOS© como Modelo de Desarrollo del Talento Cívico y Evaluación del Branding Político 2.0  (Guerrero y Manzano, 2012b)