FRAMING ESTRATÉGICO e INNOVACIÓN en VALOR ELECTORAL de UPyD (6 de 7)

¿Cuál ha sido el framework estratégico generado por UPyD para innovar en valor electoral? En otras palabras, ¿qué factores clave de voto se han erigido en variables independientes para determinar su posicionamiento ideológico como variable dependiente?

1. MOVIMIENTO ESTRATÉGICO. La unidad de análisis para crear una BOS es el movimiento estratégico de la organización en su mercado de referencia y no la organización en sí misma: Swatch transformó el modelo de negocio funcional de los relojes económicos haciéndolo gravitar sobre la moda. Su éxito estratégico radicó en que, mediante el binomio reloj-moda, consiguió someter este producto al mayor consumo vinculado con la rotación de colecciones anuales. Mientras Starbucks revolucionó la industria del café al cambiar la venta de un producto genérico por la experiencia emocional de la atmósfera en la que sus clientes lo disfrutan, The Body Shop siguió la estrategia opuesta: transformó la industria tradicionalmente emocional de los cosméticos en una cosa funcional y pragmática.

La unidad de análisis para crear un océano político azul es el movimiento estratégico del partido político en su mercado electoral de referencia y no en el partido político en sí mismo. ¿Qué decisiones tomó UPyD y qué actuaciones ejecutó para proyectar una propuesta de acción política conducente a la creación de un mercado electoral centrista en el espectro del EID? La piedra angular de una BOS es la innovación en valor ya que, no se trata de utilizar a la competencia política como patrón de comparación, sino aplicar una lógica estratégica diferente: crear valor en nuevos territorios electorales. En lugar de basar la victoria sobre la competencia, el objetivo es lograr que la competencia política pierda relevancia abriendo un espacio nuevo y desconocido en el mercado electoral. UPyD no ha competido con el PP en las posiciones de centro-derecha del EID, ni con el PSOE por las posiciones de centro-izquierda Antes al contrario, ha competido electoralmente con las demás formaciones políticas desde la revitalización del centro ideológico de la política nacional, innovando políticamente en valor mediante un movimiento estratégico con el que ha conseguido alinear la innovación con la utilidad/valor del voto y las posiciones de precio/coste ideológico. Mientras una estrategia ROS basada en la competencia se hubiera sustentado en la disyuntiva dogmática entre el valor y el coste, en la elección entre diferenciarse o ser ideológicamente barato, el movimiento estratégico BOS de UPyD ha buscado simultáneamente la diferenciación y el bajo coste ideológico.

Y lo ha hecho del siguiente modo:


(a) Diferenciación a través de una propuesta de valor para el electorado consistente en posicionarse estratégicamente en el kilómetro 0 del espectro ideológico, ocupando las posiciones 5-6 en el EID. Así pues, ha incrementado el valor electoral para el votante creando un factor electoral de voto (motivo de compra) que desaparecido de nuestro mercado electoral desde la primera mitad de la década de los noventa del siglo pasado. La estructura y fronteras del mercado electoral, aunque consolidadas, no son inmutables y UPyD, como actor político, las ha reconstruido mediante sus actuaciones: «Hemos demostrado que nada es imposible. Hemos roto barreras y tabúes incorporando al debate político propuestas y alternativas que estaban vetadas por el establishment político, económico  y mediático» (Díez, 2007).

(b) Bajo coste ideológico del voto flotante gracias a su transversalidad que, al tiempo que legitima la volatibilidad electoral, reduce la distancia ideológica del voto que busca alternativas. En una ubicación equidistante con respecto a los posicionamientos moderados (tanto de la centro-derecha, como de la centro-izquierda), UPyD ha acabado siendo lugar de tránsito para el voto de castigo de los PAE mayoritarios. De este modo y a través del Cuadro Estratégico configurado, UPyD ha conseguido diseñar una óptima estructura de costes políticos generadora de beneficios y rentabilidad electoral.

2. CUADRO ESTRATÉGICO. ¿Cuál ha sido la propuesta de acción política comunicada por UPyD para lograr 306.079 votos en 2008 y 1.140.242 votos en 2011, es decir, lograr un incremento del 272,53%? O, en otras palabras, ¿cuál ha sido el Cuadro Estratégico conformado por UPyD para lograr su actual cuota electoral? Esencialmente y desde «el inmovilismo conformista de los partidos ya existentes» (UPyD, 2007), UPyD ha redefinido los elementos de valor para el votante mediante el diseño de un nuevo Cuadro Estratégico formulado a través del planteamiento de cuatro preguntas clave tendentes a cuestionar la lógica estratégica y el modelo político y electoral vigente:

(a) ¿Qué factores políticos de decisión electoral deben eliminarse del debate político y que el mercado electoral tiene por inmutables?;

(b) ¿Qué otros factores electorales deben reducirse por debajo de la norma electoral predominante en el mercado electoral de referencia?;

(c) ¿Qué factores electorales deben incrementarse por encima de la norma política y electoral dominante en el mercado político?; y

(d) Y por último, ¿qué factores políticos de decisión electoral deben crearse/introducirse en el nuevo debate electoral y tradicionalmente omitidos por el mercado político de referencia?


Sintéticamente, UPyD ha definido un Cuadro Estratégico de posicionamiento ideológico, político y electoral articulado en seis grandes vértices o factores de decisión, a través de las siguientes cuatro grandes actuaciones estratégicas de innovación política en valor en la escena política de nuestro mercado electoral:

(a) Ha creado/introducido cuestiones como la regeneración del funcionamiento del sistema democrático, la reforma de nuestro sistema electoral y la simetría de la organización territorial del Estado desde una perspectiva europeísta;

(b) Ha incrementado el peso relativo de factores electorales como la reforma constitucional o el laicismo del Estado;

(c) Ha reducido la presencia estratégica (que no táctica) de la priorización de políticas públicas (interior, internacional, económica, social y medioambiental); y

(d) Ha eliminado los posicionamientos ideológicos inamovibles del voto cautivo de los grandes PAE.


Atendiendo a lo anteriormente reseñado con respecto al movimiento estratégico y a la auto-percepción institucional de UPyD este cuadro estratégico podría conceptualizarse con la etiqueta Progresismo Transversal: «creemos que estas ideas políticas no son, en sí mismas, ni de izquierdas ni de derechas, sino que pueden ser compartidas por cuantos quieren el progreso de España y una democracia libre e igualitaria que lo haga posible […] Partimos de un supuesto revolucionario: que los ciudadanos no nacen siendo ya de izquierdas o de derechas ni con el carnet de ningún partido en los pañales. […] Nadie está obligado a votar siempre lo mismo o a resignarse a las opciones políticas vigentes, cuando ya le han decepcionado anteriormente. […] Para evitar el falso dilema entre derechas e izquierdas, preferimos hablar de progresismo […] Ser progresista es luchar contra las tiranías que pisotean la democracia formal, así como contra la ignorancia que imposibilitan la democracia material. A nosotros nos gustaría ser capaces de aprovechar los elementos positivos de unos y de otros, derechas e izquierdas» (UPyD, 2007).

3. CURVA DE VALOR POLÍTICO. Tomando como referencia el anterior framework estratégico, UPyD ha incrementado el valor electoral de sus propuestas de acción política para el electorado creando cinco grandes ideas- fuerza, las cuales están ausentes en las propuestas políticas del resto de formaciones políticas según su propia valoración institucional: «Ninguno de los grandes PAE o PANE actuales defiende propuestas equivalentes a las nuestras» (UPyD, 2007).

(1) Sistema Democrático. En el ámbito de nuestro sistema democrático, UPyD ha propugnado la necesidad de una regeneración democrática que incremente la vinculación entre representantes políticos y representados, para devolver a éstos el control sobre la política: listas abiertas, elección directa de los cargos personales principales, incompatibilidades más rigurosas, prevención de pactos post-electorales que desvirtúen el resultado electoral, que hagan más transparente la financiación de los partidos políticos y mejoren su autonomía de los grandes poderes económicos. «Ningún PAE o PANE está interesado en proponer reformas que revitalicen la democracia mermando el poder de los aparatos de los partidos en beneficio de una deliberación pública y abierta, más allá de la alienación sectaria y del dogmatismo carente de ideas» (UPyD, 2007).

(2) Sistema Electoral. En el ámbito de nuestro sistema electoral, UPyD ha propuesto su reforma para procurar la corrección de la desproporcionada representación de los grandes PAE y la excesiva preponderancia de los PANE nacionalistas, generadora del Nacionalismo Obligatorio. «Ni unos ni otros propugnan una reforma de la legislación electoral que quizá perjudicaría sus expectativas, a pesar de que mejoraría la democracia al conseguir una representación más proporcionada de las corrientes sociales existentes, combatiendo el auge de la abstención y de la aversión a la política» (UPyD, 2007).

(3) Organización Territorial del Estado. En el ámbito de nuestra organización territorial del Estado, UPyD ha abogado por la defensa de la unidad de la nación española, evitando la asimetría regional derivada de los nacionalismos. A través de su Simetría Nacional ha reclamando el cumplimiento del derecho a la escolarización en la lengua materna y mostrando su oposición a la discriminación política y social basada en supuestos lingüísticos. «La firmeza de los grandes PAE contra el nacionalismo obligatorio resulta discutible, pues ninguno ha dejado de hacer concesiones (a los PANE nacionalistas) que atacan la igualdad de la ciudadanía española en materia lingüística, educativa, fiscal o de servicios públicos […] La base de la ciudadanía democrática es la igualdad en libertad: iguales leyes para todos y todos iguales ante las leyes. Este objetivo exige la cohesión institucional y simbólica del Estado encargado de garantizar los derechos concretos de los ciudadanos […] Estamos por la España plural de los ciudadanos iguales y distintos, pero no por la España asimétrica de los territorios enfrentados, contraria al principio democrático de igualdad […] No queremos un Estado de Derecho uniforme ni mucho menos uniformado, pero sí unitario y descentralizado» (UPyD, 2007).

(4) Constitución Española. En el ámbito de nuestra Constitución, UPyD ha propuesto su reforma en tres ámbitos: (a) Cierre del Modelo Territorial atribuyendo al Estado competencias fundamentales no delegables (educación y fiscalidad) e igualdad de competencias para todas las Comunidades Autónomas; (b) Mejora de los Derechos y Obligaciones Individuales, que deben ser estrictamente iguales para todos los ciudadanos del país, sin someterlos a discriminaciones territoriales, ideológicas ni religiosas; y (c) Mejora de la División de Poderes reforzando la autonomía del poder judicial respecto al ejecutivo y al legislativo. «Ningún PAE o PANE propone la reforma de la Constitución que, lógicamente, necesita adaptarse a las nuevas condiciones políticas del país y a un mundo en permanente cambio» (UPyD, 2007).

(5) Confesionalidad del Estado. En el ámbito de la confesionalidad del Estado, UPyD ha propugnado el efectivo laicismo del mismo mediante la revisión de todas las confesiones religiosas e incrementar la calidad de la educación pública laica, así como de la investigación científica. «Ningún PAE o PANE insiste en profundizar el laicismo del Estado para hacer frente al auge del fundamentalismo religioso, a las intromisiones exageradas del clero en la enseñanza pública y a la multiplicación de políticas identitarias que pretenden dictar los sentimientos de pertenencia y comunidad […] Un Estado democrático tiene que ser laico, neutral ante todas las creencias religiosas y también ante la creencia de los que no creen en religión alguna […] El laicismo no es una postura antirreligiosa ni irreligiosa, sino opuesta solamente a la manipulación teocrática de las instituciones públicas» (UPyD, 2007).

Derivándose de este Cuadro Estratégico, la curva de valor político resultante para UPyD, comparada con la de los PAE mayoritarios, es la siguiente:


4. CONCLUSIONES. La primera de las hipótesis de trabajo planteadas describía una evolución del centro político español durante nuestra consolidación democrática según la cual, después de dos décadas de letargo político y electoral, el centro político se ha reactivado durante la segunda mitad de la primera década del siglo XXI con la emergencia de nuevas formaciones políticas de centro. Analizando la evolución histórica de nuestro sistema de partidos mediante el EID, se han obtenido evidencias que validan esta hipótesis de trabajo. En base a todos los datos cuantitativos aportados por escrutinios electorales y barómetros políticos puede concluirse que, efectivamente, con la irrupción de UPyD en la arena electoral nacional parece haberse reactivado la oferta política en las posiciones 5 y 6 del EID (circunstancia desconocida desde la desaparición de CDS), nicho del mercado electoral en la que parece acumularse una creciente demanda política. Así, los PAE principales, a lo largo del periodo analizado y bajo criterios de oportunidad política para captar voto de centro, han mostrado una clara tendencia a satisfacerla pero, no desde una oferta política estrictamente de centro, sino desde sus respectivas ubicaciones de centro-izquierda (posiciones 3 y 4) o de centro-derecha (posiciones 7 y 8). 


El anterior eje de coordenadas, constituye una confirmación gráfica de esta primera hipótesis de trabajo, ya que muestra la evolución de la representación parlamentaria obtenida por los PAE principales a lo largo del periodo analizado. Puede apreciarse cómo en la Etapa 4 (de 2008 a 2011) aparece una formación política transversal como UPyD que, después de una Etapa 3 (de 1993 a 2004) sin alternativas electorales de centro consistentes, parece haber tomado los testigos de CDS durante la Etapa 2 (de 1982 a 1989) y de UCD durante la Etapa 1 (de 1977 a 1979).

La segunda de las hipótesis de trabajo planteadas explicaba cómo la reactivación del centro político español se ha fundamentado en un posicionamiento estratégico basado en la formulación y ejecución de una BOS, al socaire de la ya aludida evolución centrista del electorado. El análisis cualitativo de la propuesta política formulada por UPyD admite concluir que encaja en los principios básicos y nucleares de una BOS, o cuanto menos en mayor medida que en los de una ROS. Así, mediante un Movimiento Estratégico basado en la diferenciación ideológica (posiciones 5 y 6 del EID) y en la reducción de las distancias ideológicas en el EID, UPyD ha articulado un Cuadro Estratégico fundamentado en seis grandes factores decisionales de voto (regeneración democrática, simetría nacional, reformas electoral y constitucional, laicismo del Estado y priorización de las políticas públicas) con el que ha dibujado una Curva de Valor político sustancialmente diferente a la de los PAE principales, al tiempo que, permitiéndole innovar en valor, parece haberle consolidado como alternativa en nuestro EID. El hecho que la Curva de Valor Político de UPyD difiera significativamente de las curvas de valor político de sus principales competidores políticos, sugiere que la captación del electorado centrista por parte de los PAE mayoritarios se ha debido a la oportunidad política y no a una propuesta política de centro diferenciada del centro-izquierda y/o del centro-derecha. No obstante, en relación a los targets electorales a los que, en virtud de los principios de una BOS, se ha destinado la propuesta de UPyD, los resultados obtenidos son ambivalentes. Mientras que los resultados electorales parecen ofrecer evidencias a favor de la captación de un porcentaje significativo de voto flotante por parte de UPyD, no puede concluirse lo mismo con respecto al electorado abstencionista, por cuanto su grado de participación electoral no parece haberse modificado tras la aparición de esta nueva formación política. A pesar de ello, UPyD parece haberse consolidado como cuarta fuerza política en España en número absoluto de votos y cinco diputados en la Carrera de San Jerónimo. Un desempeño tangible que actualmente se completa con 152 concejalías (con una cuota electoral del 2,06% en las elecciones municipales de 2011), ocho diputados en la Asamblea de Madrid y un diputado en el Parlamento Vasco (con una cuota electoral del 6,32% y del 2,14% respectivamente, en las elecciones autonómicas de 2009), un eurodiputado (con una cuota electoral del 2,87% en las elecciones al Parlamento Europeo de 2009) y otro diputado en la Junta General del Principado de Asturias (con una cuota electoral del 3,75% en las elecciones celebradas este mismo año). Sólo el tiempo confirmará si acaba consolidándose electoralmente esta alternativa de acción política, la cual se ha proyectado sobre nuestro mercado electoral desde el marketing político de demanda (de las 4 Cs) y no tanto desde el tradicional marketing político de oferta (de las 4 Ps):

(a) Enfatizando la regeneración democrática ha priorizado al votante (cliente) por encima de los programas (producto);

(b) A través de su transversalidad ideológica ha legitimado la volatilidad electoral, priorizando la comodidad (sobre el posicionamiento) y el coste de satisfacción (sobre el precio); y