¿Cuál ha sido el framework
estratégico generado por UPyD para innovar en valor electoral? En otras
palabras, ¿qué factores clave de voto se han erigido en variables
independientes para determinar su posicionamiento ideológico como variable
dependiente?
1. MOVIMIENTO ESTRATÉGICO. La
unidad de análisis para crear una BOS es el movimiento estratégico de la
organización en su mercado de referencia y no la organización en sí misma: Swatch transformó el modelo de negocio funcional
de los relojes económicos haciéndolo gravitar sobre la moda. Su éxito
estratégico radicó en que, mediante el binomio reloj-moda, consiguió someter
este producto al mayor consumo vinculado con la rotación de colecciones
anuales. Mientras Starbucks
revolucionó la industria del café al cambiar la venta de un producto genérico
por la experiencia emocional de la atmósfera en la que sus clientes lo
disfrutan, The Body Shop siguió la
estrategia opuesta: transformó la industria tradicionalmente emocional de los
cosméticos en una cosa funcional y pragmática.
La unidad
de análisis para crear un océano político azul es el movimiento estratégico del
partido político en su mercado electoral de referencia y no en el partido
político en sí mismo. ¿Qué decisiones tomó UPyD y qué actuaciones ejecutó para
proyectar una propuesta de acción política conducente a la creación de un
mercado electoral centrista en el espectro del EID? La piedra angular de una
BOS es la innovación en valor ya que, no se trata de utilizar a la competencia
política como patrón de comparación, sino aplicar una lógica estratégica
diferente: crear valor en nuevos territorios electorales. En lugar de basar la
victoria sobre la competencia, el objetivo es lograr que la competencia política
pierda relevancia abriendo un espacio nuevo y desconocido en el mercado
electoral. UPyD no ha competido con el PP en las posiciones de centro-derecha del
EID, ni con el PSOE por las posiciones de centro-izquierda Antes al contrario, ha
competido electoralmente con las demás formaciones políticas desde la
revitalización del centro ideológico de la política nacional, innovando políticamente
en valor mediante un movimiento estratégico con el que ha conseguido alinear la
innovación con la utilidad/valor del voto y las posiciones de precio/coste
ideológico. Mientras una estrategia ROS basada en la competencia se hubiera
sustentado en la disyuntiva dogmática entre el valor y el coste, en la elección
entre diferenciarse o ser ideológicamente barato,
el movimiento estratégico BOS de UPyD ha buscado simultáneamente la
diferenciación y el bajo coste ideológico.
Y lo ha
hecho del siguiente modo:
(a) Diferenciación a través
de una propuesta de valor para el electorado consistente en posicionarse estratégicamente
en el kilómetro 0 del espectro
ideológico, ocupando las posiciones 5-6 en el EID. Así pues, ha incrementado el
valor electoral para el votante creando un factor electoral de voto (motivo de
compra) que desaparecido de nuestro mercado electoral desde la primera mitad de
la década de los noventa del siglo pasado. La estructura y fronteras del
mercado electoral, aunque consolidadas, no son inmutables y UPyD, como actor
político, las ha reconstruido mediante sus actuaciones: «Hemos demostrado que
nada es imposible. Hemos roto barreras y tabúes incorporando al debate político
propuestas y alternativas que estaban vetadas por el establishment político,
económico y mediático» (Díez, 2007).
(b) Bajo coste
ideológico del voto flotante gracias a su transversalidad
que, al tiempo que legitima la volatibilidad electoral, reduce la distancia ideológica del voto que busca
alternativas. En una ubicación equidistante con respecto a los posicionamientos
moderados (tanto de la centro-derecha, como de la centro-izquierda), UPyD ha
acabado siendo lugar de tránsito para el voto de castigo de los PAE
mayoritarios. De este modo y a través del Cuadro Estratégico configurado, UPyD ha
conseguido diseñar una óptima estructura de costes políticos generadora de beneficios
y rentabilidad electoral.
2. CUADRO ESTRATÉGICO. ¿Cuál ha sido la
propuesta de acción política comunicada por UPyD para lograr 306.079 votos en
2008 y 1.140.242 votos en 2011, es decir, lograr un incremento del 272,53%? O,
en otras palabras, ¿cuál ha sido el Cuadro Estratégico conformado por UPyD para
lograr su actual cuota electoral? Esencialmente y desde «el
inmovilismo conformista de los partidos ya existentes» (UPyD, 2007), UPyD ha redefinido los elementos de valor para el votante mediante el diseño de
un nuevo Cuadro Estratégico formulado a través del planteamiento de cuatro
preguntas clave tendentes a cuestionar la lógica estratégica y el modelo político
y electoral vigente:
(a) ¿Qué factores políticos de decisión electoral
deben eliminarse del debate político
y que el mercado electoral tiene por inmutables?;
(b) ¿Qué otros factores electorales deben reducirse por debajo de la norma electoral
predominante en el mercado electoral de referencia?;
(c) ¿Qué factores electorales deben incrementarse por encima de la norma política
y electoral dominante en el mercado político?; y
(d) Y por último, ¿qué factores políticos de
decisión electoral deben crearse/introducirse en el nuevo debate
electoral y tradicionalmente omitidos por el mercado político de referencia?
Sintéticamente, UPyD ha definido un Cuadro Estratégico
de posicionamiento ideológico, político y electoral articulado en seis grandes
vértices o factores de decisión, a través de las siguientes cuatro grandes
actuaciones estratégicas de innovación política en valor en la escena política
de nuestro mercado electoral:
(a) Ha creado/introducido cuestiones como la regeneración
del funcionamiento del sistema democrático, la reforma de nuestro sistema
electoral y la simetría de la organización territorial del Estado desde una
perspectiva europeísta;
(b) Ha incrementado el peso relativo de factores
electorales como la reforma constitucional o el laicismo del Estado;
(c) Ha reducido la presencia estratégica (que no
táctica) de la priorización de políticas públicas (interior, internacional,
económica, social y medioambiental); y
(d) Ha eliminado los posicionamientos ideológicos
inamovibles del voto cautivo de los grandes PAE.
Atendiendo a lo anteriormente reseñado con respecto
al movimiento estratégico y a la auto-percepción institucional de UPyD este
cuadro estratégico podría conceptualizarse con la etiqueta Progresismo Transversal: «creemos
que estas ideas políticas no son, en sí mismas, ni de izquierdas ni de
derechas, sino que pueden ser compartidas por cuantos quieren el progreso de
España y una democracia libre e igualitaria que lo haga posible […] Partimos de
un supuesto revolucionario: que los ciudadanos no nacen siendo ya de izquierdas
o de derechas ni con el carnet de ningún partido en los pañales. […] Nadie está obligado a votar siempre lo mismo o a
resignarse a las opciones políticas vigentes, cuando ya le han decepcionado
anteriormente. […]
Para evitar el falso dilema entre derechas e izquierdas, preferimos hablar de
progresismo […] Ser progresista es luchar contra las tiranías que pisotean la
democracia formal, así como contra la ignorancia que imposibilitan la
democracia material. A nosotros nos gustaría ser capaces de aprovechar los
elementos positivos de unos y de otros, derechas e izquierdas»
(UPyD, 2007).
3. CURVA DE VALOR POLÍTICO. Tomando como referencia el anterior framework estratégico, UPyD ha
incrementado el valor electoral de sus propuestas de acción política para el
electorado creando cinco grandes ideas-
fuerza, las cuales están ausentes en las propuestas políticas del resto de
formaciones políticas según su propia valoración institucional: «Ninguno de los grandes PAE
o PANE actuales defiende propuestas equivalentes a las nuestras» (UPyD, 2007).
(1) Sistema Democrático. En el ámbito de nuestro sistema democrático, UPyD ha propugnado la
necesidad de una regeneración democrática que incremente la vinculación entre representantes políticos y representados,
para devolver a éstos el control sobre la política: listas abiertas, elección
directa de los cargos personales principales, incompatibilidades más rigurosas,
prevención de pactos post-electorales que desvirtúen el resultado electoral,
que hagan más transparente la financiación de los partidos políticos y mejoren
su autonomía de los grandes poderes económicos. «Ningún PAE o PANE está interesado en proponer reformas que revitalicen
la democracia mermando el poder de los aparatos de los partidos en beneficio de
una deliberación pública y abierta, más allá de la alienación sectaria y del
dogmatismo carente de ideas» (UPyD, 2007).
(2) Sistema Electoral. En el ámbito de nuestro sistema electoral, UPyD ha propuesto su reforma
para procurar la corrección de la desproporcionada
representación de los grandes PAE y la excesiva preponderancia de los PANE
nacionalistas, generadora del Nacionalismo
Obligatorio. «Ni unos ni otros propugnan
una reforma de la legislación electoral que quizá perjudicaría sus expectativas,
a pesar de que mejoraría la democracia al conseguir una representación más
proporcionada de las corrientes sociales existentes, combatiendo el auge de la
abstención y de la aversión a la política» (UPyD, 2007).
(3) Organización Territorial del Estado. En el ámbito de nuestra organización territorial del Estado, UPyD ha
abogado por la defensa de la unidad de la nación española, evitando la
asimetría regional derivada de los nacionalismos. A través de su Simetría Nacional ha reclamando el cumplimiento del derecho a la escolarización en la lengua
materna y mostrando su oposición a la discriminación política y social basada
en supuestos lingüísticos. «La firmeza de
los grandes PAE contra el nacionalismo obligatorio resulta discutible, pues
ninguno ha dejado de hacer concesiones (a los PANE nacionalistas) que atacan la
igualdad de la ciudadanía española en materia lingüística, educativa, fiscal o
de servicios públicos […]
La base de la ciudadanía democrática es la igualdad
en libertad: iguales leyes para todos y todos iguales ante las leyes. Este
objetivo exige la cohesión institucional y simbólica del Estado encargado de
garantizar los derechos concretos de los ciudadanos […] Estamos por la España plural de los ciudadanos iguales y distintos,
pero no por la España asimétrica de los territorios enfrentados, contraria al
principio democrático de igualdad […] No
queremos un Estado de Derecho uniforme ni mucho menos uniformado, pero sí
unitario y descentralizado» (UPyD,
2007).
(4) Constitución Española. En el ámbito de nuestra Constitución, UPyD ha propuesto su reforma en tres ámbitos: (a) Cierre del Modelo Territorial
atribuyendo al Estado competencias
fundamentales no delegables (educación y fiscalidad) e igualdad de competencias
para todas las Comunidades Autónomas; (b) Mejora
de los Derechos y Obligaciones Individuales, que deben ser estrictamente
iguales para todos los ciudadanos del país, sin someterlos a discriminaciones
territoriales, ideológicas ni religiosas; y (c) Mejora de la División de Poderes reforzando la autonomía del poder
judicial respecto al ejecutivo y al legislativo. «Ningún PAE o PANE propone la reforma de la Constitución que,
lógicamente, necesita adaptarse a las nuevas condiciones políticas del país y a
un mundo en permanente cambio» (UPyD, 2007).
(5) Confesionalidad del Estado. En el ámbito de la confesionalidad del Estado, UPyD ha propugnado el
efectivo laicismo del mismo mediante la revisión de
todas las confesiones religiosas e incrementar la calidad de la educación
pública laica, así como de la investigación científica. «Ningún PAE o PANE insiste en profundizar el laicismo del Estado para
hacer frente al auge del fundamentalismo religioso, a las intromisiones
exageradas del clero en la enseñanza pública y a la multiplicación de políticas
identitarias que pretenden dictar los sentimientos de pertenencia y comunidad […] Un
Estado democrático tiene que ser laico, neutral ante todas las creencias religiosas
y también ante la creencia de los que no creen en religión alguna […] El laicismo no es una postura antirreligiosa ni irreligiosa,
sino opuesta solamente a la manipulación teocrática de las instituciones
públicas» (UPyD, 2007).
Derivándose de este Cuadro Estratégico, la curva de
valor político resultante para UPyD, comparada con la de los PAE mayoritarios,
es la siguiente:
4.
CONCLUSIONES. La
primera de las hipótesis de trabajo planteadas describía una evolución
del centro político español durante nuestra consolidación democrática según la
cual, después de dos décadas de letargo
político y electoral, el centro político se ha reactivado durante la segunda
mitad de la primera década del siglo XXI con la emergencia de nuevas formaciones
políticas de centro. Analizando la evolución histórica de nuestro sistema de
partidos mediante el EID, se han obtenido evidencias que validan esta hipótesis
de trabajo. En base a todos los datos cuantitativos aportados por escrutinios
electorales y barómetros políticos puede concluirse que, efectivamente, con la
irrupción de UPyD en la arena electoral nacional parece haberse reactivado la
oferta política en las posiciones 5 y 6 del EID (circunstancia desconocida
desde la desaparición de CDS), nicho del mercado electoral en la que parece
acumularse una creciente demanda política. Así, los PAE principales, a lo largo
del periodo analizado y bajo criterios de oportunidad política para captar voto
de centro, han mostrado una clara tendencia a satisfacerla pero, no desde una
oferta política estrictamente de centro, sino desde sus respectivas ubicaciones
de centro-izquierda (posiciones 3 y 4) o de centro-derecha (posiciones 7 y
8).
El
anterior eje de coordenadas, constituye una confirmación gráfica de esta
primera hipótesis de trabajo, ya que muestra la evolución de la representación
parlamentaria obtenida por los PAE principales a lo largo del periodo
analizado. Puede apreciarse cómo en la Etapa 4 (de 2008 a 2011) aparece una
formación política transversal como UPyD que, después de una Etapa 3 (de 1993 a
2004) sin alternativas electorales de centro consistentes, parece haber tomado
los testigos de CDS durante la Etapa 2 (de 1982 a 1989) y de UCD durante la
Etapa 1 (de 1977 a 1979).
La segunda de las hipótesis de trabajo
planteadas explicaba cómo la reactivación del centro político español se
ha fundamentado en un posicionamiento estratégico basado en la formulación y
ejecución de una BOS, al socaire de la ya aludida evolución centrista del
electorado. El análisis cualitativo de la propuesta política formulada por UPyD
admite concluir que encaja en los principios básicos y nucleares de una BOS, o
cuanto menos en mayor medida que en los de una ROS. Así, mediante un Movimiento Estratégico basado en la
diferenciación ideológica (posiciones 5 y 6 del EID) y en la reducción de las
distancias ideológicas en el EID, UPyD ha articulado un Cuadro Estratégico fundamentado en seis grandes factores decisionales
de voto (regeneración democrática, simetría nacional, reformas electoral y
constitucional, laicismo del Estado y priorización de las políticas públicas)
con el que ha dibujado una Curva de Valor
político sustancialmente diferente a la de los PAE principales, al tiempo
que, permitiéndole innovar en valor, parece haberle consolidado como
alternativa en nuestro EID. El hecho que la Curva de Valor Político de UPyD difiera significativamente de las
curvas de valor político de sus principales competidores políticos, sugiere que
la captación del electorado centrista por parte de los PAE mayoritarios se ha
debido a la oportunidad política y no a una propuesta política de centro
diferenciada del centro-izquierda y/o del centro-derecha. No obstante,
en relación a los targets electorales a los que, en virtud de los principios de
una BOS, se ha destinado la propuesta de UPyD, los resultados obtenidos son
ambivalentes. Mientras que los resultados electorales parecen ofrecer evidencias
a favor de la captación de un porcentaje significativo de voto flotante por
parte de UPyD, no puede concluirse lo mismo con respecto al electorado
abstencionista, por cuanto su grado de participación electoral no parece
haberse modificado tras la aparición de esta nueva formación política. A pesar
de ello, UPyD parece haberse consolidado como cuarta fuerza política en España
en número absoluto de votos y cinco diputados en la Carrera de San Jerónimo. Un
desempeño tangible que actualmente se completa con 152 concejalías (con una
cuota electoral del 2,06% en las elecciones municipales de
2011), ocho diputados en la Asamblea de Madrid y un diputado en el
Parlamento Vasco (con una cuota electoral del 6,32% y
del 2,14% respectivamente, en las elecciones autonómicas
de 2009), un eurodiputado (con una cuota electoral del 2,87% en las elecciones
al Parlamento Europeo de 2009) y otro diputado en la Junta General del
Principado de Asturias (con una cuota electoral del 3,75% en las elecciones
celebradas este mismo año). Sólo el tiempo confirmará si acaba consolidándose
electoralmente esta alternativa de acción política, la cual se ha proyectado
sobre nuestro mercado electoral desde el marketing político de demanda (de las
4 Cs) y no tanto desde el tradicional marketing político de oferta (de las 4
Ps):
(a)
Enfatizando la regeneración democrática ha priorizado al votante (cliente) por encima de los programas (producto);
(b)
A través de su transversalidad ideológica ha legitimado la volatilidad
electoral, priorizando la comodidad
(sobre el posicionamiento) y el coste de satisfacción (sobre el precio); y
(c)
Mediante una diferenciación ideológica respecto a unos PAE que han pretendido
confundirse con el paisaje de centro, ha priorizado la comunicación/conversación (bidireccional con el electorado) sobre
la promoción/publicidad unidireccional
de propuestas de acción política.
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