Apuntes para PRUEBA PRESENCIAL Fundamentos de Ciencia Política I (Grado de Ciencia Política y de la Administración -UNED) |
¿Cuáles
son las diversas formas a través de las cuales la sociedad participa en la
actividad política?
1. LA PARTICIPACIÓN DE LA SOCIEDAD EN LAS
DEMOCRACIAS. Una de las premisas centrales de la teoría
democrática es que los ciudadanos deberían participar activamente en la vida
política. Sin embargo, la observación empírica muestra que los ciudadanos no
participan activamente en las democracias [1]. No
obstante, la mayoría de ciudadanos votan
en las elecciones convocadas periódicamente: votar representa la principal
forma de participación política en prácticamente todos los países democráticos.
Mancur Olson |
1.1. La Lógica de la Acción Colectiva. ¿Por qué
muchas personas que disponen del privilegio de participación democrática no
hacen uso de él? Según la Teoría Democrática
Tradicional las personas que gozan de libertad para participar en la
actividad política aprovecharán esta oportunidad, organizándose e intentando
ejercer presión sobre quienes toman las decisiones con el propósito de promover
sus intereses o satisfacer sus demandas. ¿Lo hacen? M.Olson (1965) explica que los individuos que forman grandes grupos
no suelen comportarse así: no es habitual que se impliquen y prefieren la inacción
personal a la acción colectiva. Esta inacción responde a una Lógica de Elección Racional del individuo [2]. Las personas cuando al decidir
si se implican o no, razonan del siguiente modo:
(a) Los
costes y riesgos de esa acción pueden ser demasiado altos.
(b) Si ya hay
un grupo formado que defiende los intereses del individuo, la contribución particular
de éste puede resultar prescindible.
(c) Si el
grupo no logra cambiar la política del gobierno de acuerdo con sus
preferencias, quienes se han implicado ganan lo mismo que quienes no han hecho
nada. Pero si el grupo tiene éxito, quienes no participan comparten las
ganancias colectivas igual.
La
mayoría de personas optan por ser «gorrones» (Free Raiders), no participan y dejan que los demás hagan por ellos
el «trabajo sucio». La inacción es más probable que la acción colectiva. La paradoja
reside en que grandes grupos constituidos por individuos racionales no actuarán
en interés de su grupo. Es una conclusión contraintuitiva porque, por sentido
común y si se les da la oportunidad de hacerlo, los individuos racionales emprenden
acciones en interés del grupo al que pertenecen.. Esta explicación de la lógica
de la elección racional de Olson no explica porqué mucha gente sí se involucran.
¿Cuáles
son las diversas formas a través de las cuales la sociedad participa en la
actividad política? Las principales formas de participación democrática son
generalmente el voto en las elecciones, la movilización organizada por los
partidos políticos y los grupos de interés.
1.2. Los Votantes. ¿Cuáles son las pautas de
comportamiento electoral? ¿Qué características definen a los votantes? Una
posible respuesta la encontramos vinculando el voto con el estatus socioeconómico
del elector [3].
No obstante, las pautas de voto en la mayoría de las democracias se ven afectadas
p or: (a) Factores dependientes del votante [4] y (b)
Factores independientes del votante[5]. Pero, ¿es
cierto el fundamento democrático según el cual el votante se comporta
racionalmente?
Respuesta 1: Teoría de la Elección Racional. Los
votantes individuales son racionales en la medida que:
(a) Saben
cuáles son sus preferencias y prioridades.
(b) Recogen
la información accesible sobre los candidatos y entienden sus posiciones.
(c) Comprenden
cuáles podrían ser las consecuencias en función del candidato elegido.
(d) Votan al
candidato del que esperan que satisfagan mejor sus preferencias y prioridades.
Esta
visión acentúa el egoísmo: los votantes
se comportan racionalmente sólo cuando buscan promover sus propios intereses
materiales, es decir, votan a candidatos que pueden satisfacer sus preferencias
individuales, sin interesarles el bienestar general de la comunidad. No
obstante, otros autores de este posicionamiento plantean que es igualmente racional
el comportamiento del elector que anteponga los objetivos de la comunidad a sus
propios objetivos individuales porque obtendrán ventajas personales si se
alcanzan los objetivos generales de bienestar.
Anthony Downs |
Respuesta 2: A.Downs (1967). Los
votantes de las democracias piensan y actúan de forma similar a los
consumidores en una economía de mercado: saben qué tipo de productos quieren,
salen «de compras», recogen información sobre las alternativas, consideran cómo
les van a afectar las diferentes opciones posibles y toman la decisión que más
les conviene: el elector vota al partido que cree que le proporcionará más
beneficios.
Por su
parte, los políticos se comportan como vendedores, ajustando sus «productos»
para atraer al máximo número de «compradores», es decir, los gobiernos actúan
en su propio interés: impulsan sólo aquellas políticas que maximicen los votos,
independientemente de que beneficien más o menos a la sociedad.
No
obstante, se ha visto que en ocasiones los votantes no siempre son racionales,
sino que sobre ellos influyen sus vínculos psicológicos y emocionales con los
partidos (como la Identificación
Partidista) [6].
Así pues, el votante no vota necesariamente sobre la base del conocimiento o
tras una comparación estratégica como predice el enfoque de la elección
racional. Y ello porque son pocos los ciudadanos bien informados.
Respuesta 3. Racionalidad Limitada. Si bien muy
pocos electores cumplen con los criterios de racionalidad, los votantes no
necesitan un nivel alto de conocimiento político para decidir de una forma
razonada y razonable. La comprensión «intuitiva» de los candidatos deriva de
los eslóganes electorales y otras informaciones obtenidas a través de los
medios de comunicación, es decir, «atajos»
que proporcionan información sencilla, pero suficiente para adoptar decisiones
electorales coherentes con sus propias preferencias políticas. Por tanto, el
elector no puede ser considerado un actor irracional porque actúa de acuerdo
con una racionalidad limitada debido a la falta de información completa.
1.3. Los Partidos Políticos. Siendo instituciones
indispensables para el funcionamiento de las democracias contemporáneas al proveer
a los votantes de una oferta de candidatos y programas entre los que elegir, también
existen en los regímenes no democráticos. Los partidos políticos son organizaciones
que procuran colocar a sus líderes y cuadros en instituciones a través de las
cuales pueden ejercer poder político. Situados entre la sociedad y el Estado,
concurren ante el electorado con propuestas de acción política para conseguir
suficiente respaldo electoral para dirigir la acción de gobierno o, cuanto
menos, influir en ella.
Puede
plantearse una clasificación,
teniendo en cuenta que un elemento común a todos ellos es la intención de
alcanzar el poder de gobierno, de tomar decisiones vinculantes para la comunidad:
(#1) Competitivos. Aceptan los principios democráticos y compiten por
el poder político a través del proceso electoral y promoviendo la participación
popular en las democracias. Estos partidos competitivos pueden ser:
(a) DistintivoS. Establecen distinciones dentro del conjunto del
electorado en la medida que apelan a grupos o sectores específicos de la
estructura social. Son de este tipo los partidos de afiliados o militantes, de
clase, de masas, particularistas, confesionales y étnicos. Formados a partir de
fracturas de clase social (cleavages),
tanto los partidos conservadores como los obreros reivindicaban la
representación exclusiva de determinados grupos sociales a los que atribuían
una determinada identidad política, de tal manera que la oferta ideológica reflejaba
los intereses explícitos del grupo al que representaba el partido. Esta
identidad política puede lograrse incidiendo en aspectos religiosos [7],
intereses de minorías regionales o nacionales [8] o en
cuestiones específicas como el medio ambiente. En última instancia, lo que importa
es si es un partido orientado hacia grupos específicos del electorado y si acepta
(o no) las reglas de la democracia (incluido el compromiso y la cooperación
para impedir el bloqueo del régimen democrático).
(b) «Atrapalotodo» (CATCH-ALL). Partidos
interclasistas que buscan ampliar al máximo posible su base de apoyo popular.
Para lograr su principal objetivo (ganar las elecciones y acceder al gobierno)
intentan captar votos procedentes de diversas clases sociales, religiones,
grupos étnicos y otros segmentos de población, relajando sus compromisos con
grupos sociales específicos y adoptando programas políticos más flexibles e
incluyentes para atraer a amplios sectores del electorado. Muchos partidos se
han convertido en este tipo de partido: moderación ideológica evitando extremos
políticos (de izquierdas y de derechas), prefiriendo tejer una amplia red a
ambos lados del centro político. Aunque la evidencia empírica no permite
afirmarlo ni negarlo con rotundidad, parece ser que este tipo de partido
fomenta más la estabilidad de la democracia que los partidos distintivos
porque, siendo muy inclusivos, promueven la moderación y el compromiso en todas
las clases sociales [9].
(#2) Anti-Régimen. No aceptan las reglas del sistema existente de
gobierno, aspirando a revocarlas.
(#3) Hegemónicos o Únicos. Monopolizan el poder del gobierno en muchos
regímenes dictatoriales.
1.3.1. ¿Son
Democráticos los Partidos Políticos? R.Michels (1911)
publicó un estudio sobre cómo el PSD (Partido Social-Demócrata de Alemania) dirigía
sus asuntos internos. Concluyó que lo hacía apenas conforme con los
procedimientos democráticos [10] y
aplicando la Ley de Hierro de la Oligarquía.
Actualmente, los partidos políticos de las democracias muestran diferentes
pautas de organización interna. Mientras en Estados Unidos el Partido
Demócrata y el Partido Republicano están muy descentralizados con
organizaciones separadas en cada uno de los 50 estados [11], la
mayoría de los partidos europeos posee una estructura
piramidal. En España PSOE y PP son centralizados [12].
1.3.2. Modelo de Partido Responsable. Existen 3 condiciones necesarias para que una democracia electoral funcione eficazmente: (a) Que los partidos expongan explícitamente qué harán, formulen un programa coherente y especificado a los votantes, (b) Que los votantes comparen y voten al candidato que mejor represente sus propias preferentes; y (c) Que, cuando llegue al gobierno, el partido vencedor, haga realidad su programa electoral. Estas tres condiciones conforman un Modelo de Partido Responsable: un modelo que proporciona a los votantes claras opciones en las elecciones y convierte los deseos de la mayoría electoral en acciones de gobierno efectuadas por los representantes elegidos.
Republicanos vs. Demócratas |
1.3.2. Modelo de Partido Responsable. Existen 3 condiciones necesarias para que una democracia electoral funcione eficazmente: (a) Que los partidos expongan explícitamente qué harán, formulen un programa coherente y especificado a los votantes, (b) Que los votantes comparen y voten al candidato que mejor represente sus propias preferentes; y (c) Que, cuando llegue al gobierno, el partido vencedor, haga realidad su programa electoral. Estas tres condiciones conforman un Modelo de Partido Responsable: un modelo que proporciona a los votantes claras opciones en las elecciones y convierte los deseos de la mayoría electoral en acciones de gobierno efectuadas por los representantes elegidos.
El ideal
del gobierno de partido responsable puede resultar difícil de materializar en
democracias consolidadas, pero lo es aún más en los países en vías de
democratización. Veamos cuáles son las dificultades con las que se enfrenta
este Modelo de Partido Responsable:
Problema Paso 1. DIVISIÓN INTERNA DENTRO DEL
PARTIDO POLÍTICO. Estas fisuras pueden reflejar la diversidad de la
base social del partido (especialmente en los «atrapalotodo»), la cual lo hace
proclive a experimentar divisiones internas arraigadas en los intereses de
estos diferentes grupos. A veces, los desacuerdos se refieren a determinadas
cuestiones de actualidad, mientras que en otros casos se deben a lealtades a
diferentes dirigentes que aspiran a encabezar el partido: se trata de
divisiones internas por agregación de
intereses (es decir, el proceso por el que los partidos políticos
articulan o agregan los diversos intereses, las prioridades y opiniones
diferentes de sus líderes y votantes potenciales, convirtiéndolos en objetivos
y propuestas políticas comunes). Este es el primer paso del Modelo de Gobierno Responsable: se trata
de que las élites políticas de cada partido negocien y transacciones. En caso
contrario, los programas presentados a los votantes pueden ser tan ambiguos o
internamente incoherentes que difícilmente se puede anticipar qué hará el
partido si resulta elegido. Los grandes partidos interclasistas son propensos a
estos problemas.
Problema Paso 2. ATENUACIÓN DE LOS VÍNCULOS
PARTIDISTAS. El segundo paso del Modelo de Gobierno Responsable supone que los votantes comprenden
las cuestiones políticas. Sin embargo, el votante medio puede carecer de tiempo
e información para valorar los programas, de modo que la lealtad y las
preferencias partidistas pueden constituir importantes factores condicionantes
del voto. No obstante, los partidos encuentran cada vez más difícil conservar
un núcleo estable de votantes y mantener la lealtad partidista. ¿Por qué esta
atenuación de los vínculos partidistas?
(#1) SURGIMIENTO
DE LA NUEVA POLÍTICA. Durante los años 60 y 70 del siglo XX, la Nueva Política ha fomentado el
desarrollo de nuevos grupos de votantes para los cuales los vínculos
socioeconómicos que se establecían con los partidos tradicionales son menos
importantes que durante la primera mitad del siglo XX.
(#2) Declive generacional de la participación cívica. Las personas
que hoy día cuentan entre 20 y 30 años son menos activas políticamente y están
menos comprometidas ideológicamente que las de ese rango de edad en
generaciones anteriores.
(#3) DESALINEAMIENTO
PARTIDISTA. Frente a los votantes leales [13] y los
alineamientos partidistas estables [14], existe
la posibilidad de que se produzca el desalineamiento [15]:
votantes que pueden votar a algunos de sus candidatos en función de la postura
que adopten respecto de las diferentes cuestiones, de tal modo que pueden
acercarse a otro partido o votar a dos partidos en elecciones sucesivas. Se
trata de un votante que no muestra estabilidad, no siente lealtad, un electorado
volátil. En condiciones de desalineamiento del electorado, a los partidos
políticos les resulta más difícil elaborar programas a largo plazo que atraigan
a seguidores estables. Obligados a efectuar cambios y revisiones frecuentes
para atraer a votantes volátiles, encuentran dificultades para representar las
ideas de una manera nítida.
(#4) REALINEAMIENTO
PARTIDISTA. Implica importantes cambios en las pautas electorales porque supone
que un bloque numeroso de ciudadanos (que tradicionalmente votaba a un partido)
traslada su apoyo a otro partido, adhiriéndose a él durante un largo periodo de
tiempo.
Problema Paso 3. Este proceso suele estar sembrado
de riesgos.
(#1) COHABITACIÓN.
En las democracias en las que los ciudadanos votan al presidente del país y a
la asamblea legislativa en elecciones diferentes (Estados Unidos, Rusia,
Francia o Polonia) puede ocurrir que los votantes elijan a un presidente que
pertenece a un partido diferente del que conforma la mayoría parlamentaria. Se
trata de la cohabitación entre partidos rivales que puede llegar a dificultar
la acción de gobierno si los poderes legislativo y ejecutivo se bloquean mutuamente.
(#2) GOBIERNO
DE COALICIÓN O ALIANZA PARLAMENTARIA. En las democracias con sistemas parlamentarios
de gobierno, dos o más partidos se pueden ver obligados a formar un gobierno de
coalición o una alianza parlamentaria para constituir una mayoría suficiente en
la asamblea. Cuantos más partidos estén implicados en el proceso de toma de
decisión, más difícil es que un partido dé a sus votantes lo que les prometió.
(#3) Ausencia de disciplina de partido en las votaciones de la asamblea. La disciplina
de partido significa que los representantes del partido en el parlamento votan
los proyectos legislativos unánimemente y de acuerdo con lo que establece la
dirección del partido [16].
1.3.3. Sistema
de Partidos. Este concepto se refiere al número de partidos de un
país, sus relaciones y posibles alianzas, así como a sus orientaciones
ideológicas. Nos interesan dos variables: (a) El número de partidos; y (b) Sus
relaciones (tendencia a la competición centrípeta o centrífuga).
Según la
primera variable (número de partidos), la clasificación resultante es la siguiente:
(#1) DOMINANTE.
En algunas democracias ha gobernado un solo partido durante un largo periodo de
tiempo configurando un sistema de partido dominante [17].
(#2) BIPARTISDISTA
(PLENO o IMPERFECTO). En aquellas democracias en las que los dos partidos
suelen alternarse en el gobierno tenemos un sistema bipartidista. Muy pocos
países tienen un sistema plenamente
bipartidista [18].
El sistema de partidos británico es un sistema bipartidista imperfecto. Estos sistemas suelen tener
de 3 a 5 partidos con representación parlamentaria, aunque dos de ellos
acaparan la mayor parte de los escaños parlamentarios [19]. El
bipartidismo imperfecto ofrece a los votantes más opciones que el sistema
bipartidista pleno y crea vínculos partidistas más estables que un sistema
multipartidista (en el que al aumentar la oferta de partidos políticos
disponible a la hora de votar, puede facilitar que los votantes cambien de voto
en sucesivas elecciones).
(#3) MULTIPARTIDISTA.
Tenemos 6 o más partidos con representación parlamentaria que pueden participar
en gobiernos de coalición o prestar apoyos a gobiernos minoritarios[20].
Según la
segunda variable (relaciones entre partidos), la clasificación resultante es la
siguiente:
(a) centrípeto. Favorece la constitución de partidos moderados y
centristas en lugar de radicales. Los principales partidos y la mayoría del
electorado se sitúan en el centro del espectro político, posibilitando así el
consenso [21].
(b) centrífugo. Los partidos principales y grandes grupos de votantes
tienden hacia los extremos de la izquierda y la derecha [22].
1.4. Los Grupos de Interés o Grupos de
Presión. Constituyendo
otro medio de participación de la sociedad en los sistemas políticos
democráticos (aunque no necesariamente [23]),
promueven los objetivos de sectores sociales específicos: organizaciones que
representan y expresan los intereses y las demandas de grupos particulares de
personas para influir en el Estado para que actúe en su beneficio [24].
Gabriel Almond |
1.4.1. Tipos
de Grupos de Interés o Grupos de Presión. Hay diferentes tipos de grupos de interés o grupos de
presión:
(#1) Asociativos. Organizaciones que representan a segmentos específicos
de la población que comparten problemas y objetivos comunes, con lo cual, los
Estados dictatoriales impiden que se establezcan estos grupos al margen del
control estatal [25].
(#2) Institucionales. Organizaciones no gubernamentales que representan
a instituciones consolidadas en la sociedad o en la economía y que, en
principio, persiguen propósitos diferentes de la acción política. No surgen de
la asociación de las bases que lo integran, sino de las iniciativas de las
élites [26].
(#3) Informales. Hay otros grupos de interés que intentan promover
sus intereses sin contar con el respaldo de una organización estable. Un
segmento particular de la población que comparte una identidad común puede
reunirse espontánea y puntualmente para denunciar un agravio particular o
perseguir alguna meta concreta, motivo por el cual suelen disolverse una vez
resuelto el problema. Sin embargo, a veces son más permanentes o se fusionan
con otros ya existentes [27].
(#4) Anómicos [28]. Siendo un
caso especial de grupo de presión informal, se forma espontáneamente entre la
población para manifestar su malestar o sus frustraciones. La protesta puede
venir ocasionalmente acompañada de violencia [29].
(#5) DESARTICULADOS.
Hay grupos sociales que no articulan claramente sus intereses comunes.
Segmentos de la sociedad con intereses políticos identificables que no logran
formar grupos de presión o llamar la atención sobre los agravios que padecen.
Estos grupos tienen una gran importancia porque precisamente carecen de un
grupo de presión [30].
1.4.2. Enfoques de Investigación de los Grupos de
Interés o Grupos de Presión. Básicamente, contamos con 3 enfoques de
investigación:
(#1) PLURALISMO.
En la mayoría de las democracias, el poder político no lo monopoliza un grupo
particular o una combinación de grupos vinculados que forman una élite de poder
estrechamente trabada. Al contrario, el poder político se encuentra disperso
entre una pluralidad de colectivos. Así, el pluralismo acentúa:
(a) La libertad
de asociación que dota a los ciudadanos de autonomía para organizar sus propios
grupos de interés.
(b) La
competencia por la influencia que implica que los grupos de interés con
diferentes posturas sobre una cuestión compiten libremente por obtener la atención
de legisladores e influir en sus actuaciones.
(#2) corporativismo. Representa una implicación diferente de los grupos
de interés en la política ya que constituye un sistema de participación formal
de los grupos de interés en los procesos de toma de decisiones del Estado. Una
serie de organizaciones se erigen en representantes prácticamente exclusivos de
un sector de la sociedad y son reconocidas como tales por los gobiernos. A
cambio, éste espera que las organizaciones garanticen la adhesión de sus miembros
a los pactos establecidos, proveyendo al gobierno de mecanismos eficaces para
lograr que la economía funcione sin sobresaltos (con negociaciones constantes).
Las organizaciones corporativistas se distinguen escasamente del Estado y del
partido único que monopolizaba el poder político. Los representantes más
importantes de los grupos de la sociedad deben negociar directamente con los
representantes del gobierno para definir y articular las principales políticas
económicas y sociales. Han adquirido diferentes formas en distintos países,
momentos y sistemas políticos [31].
(#3) neocorporativismo. Es el tipo ideal de corporativismo de las
democracias contemporáneas. En comparación con el pluralismo, el neocorporativismo
es un proceso ordenado y regularizado, si bien sus prácticas son más cerradas y
opacas. Implica las siguientes prácticas institucionales:
(a) Los
principales grupos de la sociedad implicados en la producción económica forman
grandes grupos de interés que representan a una proporción considerable de las
personas de sus respectivos sectores, tendiendo a organizarse jerárquicamente.
(b) Los
dirigentes de las principales organizaciones se reúnen regularmente con los
representantes del gobierno. El poder ejecutivo desempeña un papel más
importante en el trato con empresarios y trabajadores que el poder legislativo.
(c) Negocian
sobre cuestiones económicas.
(d) Una vez
se alcanzan acuerdos, los intermediarios vuelven a sus respectivos grupos y los
exponen a sus miembros. Si las bases no aceptan, se producen nuevas negociaciones.
No obstante, los líderes suelen presionar a sus bases aduciendo que son los
mejores posibles.
(e) Si las
bases aprueban los acuerdos, éstos se transponen a la legislación. En los
sistemas parlamentarios, el gobierno ve facilitado el procedimiento si cuenta
con la mayoría parlamentaria. El parlamento se limita a votar un acuerdo
consensuado.
Sidney Tarrow |
1.6. Un Caso Especial: las Relaciones
Patrón-Cliente (Clientelismo). A la hora de examinar los vínculos entre las élites
políticas y la sociedad, y aunque suele darse a una escala menor y más
individualizada, es preciso atender al clientelismo.
En el siglo XIX, las personalidades políticas vinculadas con los aparatos de
los partidos políticos ávidos de votos, se convirtieron en patronos para toda
suerte de clientes que luchaban por ganarse la vida. A cambio de protección y
favores, los clientes proporcionaban a sus patronos los votos necesarios para
controlar el gobierno [33]. En la
actualidad siguen existiendo redes clientelares de diferente tipo: el patrón
suele ser un partido político poderoso que actúa con nepotismo, sobornos y
corrupción.
2. LA PARTICIPACIÓN POLÍTICA DE LOS
CIUDADANOS EN LAS DICTADURAS. Los regímenes dictatoriales impiden o limitan la
participación política libre de los ciudadanos. Aunque algunas se dotan de
instituciones, la capacidad de la población para usar esos mecanismos de forma
efectiva es muy limitada. Aunque las dictaduras no excluyan la participación
popular, la vigilan rigurosamente y la canalizan desde arriba. Se trata de una participación tutelada y restrictiva.
Veamos
algunas modalidades:
Raúl Castro |
(a) ELECCIONES
NO COMPETITIVAS. Ante el riesgo de basar su gobierno únicamente en la violencia,
algunos dictadores celebran elecciones no competitivas que se utilizan para
pedir a la población que dé su aprobación al líder máximo. También se puede
pedir el apoyo popular para candidatos previamente seleccionados por las
autoridades, sin que los votantes tengan otra opción. En muchos de estos casos,
el poder de la asamblea así elegida es puramente formal, puesto que las
principales decisiones políticas se toman en la cúspide del aparato ejecutivo.
Los símbolos de la democracia están presentes, pero el régimen no funciona como
tal. Usan procedimientos para manipular y controlar a los ciudadanos, dando a
la población una impresión falsa de participar en los asuntos públicos [34].
(b) MOVILIZACIÓN
DE MASAS. Adultos y niños pueden ser invitados u obligados a participar en
manifestaciones o desfiles de masas organizados por el gobierno, a escuchar
discursos propagandísticos o a involucrarse en campañas extraordinarias para
ensalzar el orgullo nacional. Rara vez estos regímenes logran realmente
construir una base amplia de popularidad [35].
(c) POPULISMO.
Las élites políticas destinan sus esfuerzos por ganarse el apoyo de los más
desfavorecidos. A menudo, se manifiesta en las democracias cuando los políticos
intentan conseguir votos entre los sectores que sufren más problemas
prometiéndoles solucionarlos con fórmulas simples y dirigidas contra los más
acomodados [36].
Si los
líderes de una dictadura son realmente impopulares y la población rechaza de
forma categórica el sistema político, cobra protagonismo la oposición, la cual puede adoptar dos
formas básicas: disidencia y revolución.
Nelson Mandela |
2.2. Revolución. Derrocamiento de un sistema de
gobierno y su sustitución por otro diferente, el cual suele ser violento e ir
acompañado de transformaciones profundas en las actitudes políticas de la
población y las élites, siendo raras las revoluciones que alcanzan el objetivo
que las pone en marcha. Ocurren cuando la importancia de la oposición popular
al gobierno vigente y como elemento central el deseo vehemente y generalizado
de mejorar las condiciones de vida. Aunque son los activistas políticos quienes
dirigen las revoluciones, su éxito depende crucialmente de que logren
sintonizar con la población.
2.2.1. Fuentes
Psicológicas de la Violencia Revolucionaria. Veamos algunas explicaciones
sobre el comportamiento revolucionario:
La
actividad revolucionaria es como una elección
racional y la lógica de la acción
colectiva (que parte de la pasividad política de la mayoría de los
ciudadanos) no siempre explica los comportamientos de los gobernados. El
descontento de éstos puede ser tan grande que estén dispuestos a sacudirse la
pasividad y participar activamente contra el régimen. Las condiciones sociales
y políticas son las responsables de su surgimiento.
La Teoría de la Frustración-Agresión
explica que las personas recurren a la violencia cuando ven frustrados
repetidamente sus intentos de alcanzar los objetivos. J.C.Davis (2005) explica que las revoluciones no suelen ocurrir
simplemente debido a la pobreza o la opresión, sino cuando las personas han
experimentado una mejoría de sus condiciones de vida ven, de repente, empeorar
su situación. Así, sus expectativas se ven bruscamente frustradas y crece el
temor a regresar a las condiciones previas. Esta frustración puede conducir a
un aumento súbito del comportamiento violento, que finalmente se dirige contra
el propio régimen político.
T.R.Gurr (1971) señala la privación relativa como la fuente
principal de la frustración que desencadena la violencia popular y conduce a la
revolución. La privación relativa se da cuando las personas perciben una gran
diferencia entre lo que creen que merecen y lo que se sienten capaces de
conseguir en las circunstancias vigentes. Si sus esfuerzos por satisfacer
objetivos sociales, políticos o económicos básicos se ven continuamente
frustrados y no perciben modos alternativos de alcanzarlos, aumenta la
probabilidad de que se adhieran a alguna iniciativa colectiva, la cual puede
generar violencia política contra las autoridades gubernamentales.
2.2.2. Condiciones (o Estructuras) Políticas,
Económicas y Sociales al Estallar la Revolución.
Theda Skocpol |
K.Marx señalaba que cuando un país
hubiera alcanzado una fase avanzada de capitalismo, la sociedad se dividiría
entre una pequeña clase de empresarios rica y políticamente dominante (la
burguesía) y una ingente masa de trabajadores y desempleados (el proletariado).
A medida que la clase de los desposeídos aumentara y adquiriera «conciencia de
clase», los proletarios organizarían la revolución y arrebatarían a la
burguesía el control de la economía.
Skocpol (1979), después de analizar las
revoluciones francesas, rusa y china, señala las siguientes causas: (a) En el
nivel político, una monarquía absoluta decadente; (b) En el nivel socioeconómico,
rebeliones violentas de campesinos hastiados. Concluye que los revolucionarios,
una vez movilizaron a la población y después de conquistar el poder, dieron
paso a regímenes dictatoriales en lugar de a gobiernos democráticos. En los
últimos tiempos, la actividad revolucionaria no ha disminuido [38].
3. LA LEY DE DUVERGER.
HIPÓTESIS Y
VARIABLES. ¿Qué
factores explican las variaciones en el número de partidos que presentan las
democracias? M. Duverger estableció
una relación entre el número de partidos y la naturaleza del sistema electoral.
Sostuvo que los sistemas democráticos mayoritarios a una sola vuelta producen
casi siempre sistemas bipartidistas. Esta es la Ley de Duverger. La VI es el sistema electoral (existencia o
ausencia de un sistema electoral mayoritario a una sola vuelta) y la VD es el
tipo de sistema de partidos (existencia o ausencia de un sistema bipartidista).
Maurice Duverger |
EXPECTATIVAS Y
EVIDENCIAS. Si la
hipótesis es correcta, los sistemas electorales mayoritarios se asocian a
democracias dominadas electoralmente por dos partidos y en los que terceros
partidos apenas representan algún papel político. La confirmación más sólida a
esta hipótesis la encontramos en los casos de Estados Unidos [39] y el
Reino Unido [40],
mientras que las notas discordantes las
encontramos en los casos de Italia [41] y la
India [42].
CONCLUSIONES. La
evidencia sólo confirma parcialmente la hipótesis (Estados Unidos y Reino
Unido). Italia y la India la desafían. El propio Duverger reconoció que el
procedimiento electoral mayoritario a una sola vuelta no conduce necesariamente y absolutamente a sistemas bipartidistas en
todas las circunstancias. Se trata de una tendencia general.
[1] En los
años 60 existía un 30% de población «apática» (no interesada por la política),
un 60% era «espectadora» (prestaba atención sin involucrarse) y entre un 5% y
un 7% era «activista» (colaboraban en las campañas de las elecciones
presidenciales). Incluyendo a «activistas» y «espectadores», sólo un 20% de la
población se implicaba regularmente en discusiones sobre cuestiones políticas,
convirtiéndose en «líderes de opinión». En la década de los 90, menos del 10%
de los estadounidenses participó activamente en campañas electorales y menos
del 5% se involucró en manifestaciones políticas o actividades de protesta.
[2] RACIONALIDAD:
Conducta encaminada a maximizar (o al menos a incrementar) las ganancias
esperadas y a minimizar (o reducir) los costes o riesgos esperados.
[3] Los sectores más acomodados votan a
los partidos defensores de una escasa intervención del Estado en la economía,
mientras que los menos acomodados votan a partidos de izquierda o
centro-izquierda, más favorables a que el Estado priorice la protección social.
[4] Identificación
partidista, etnia, religión, género, edad o ideología.
[5] Requisitos exigidos para ejercer el
derecho a voto, eficacia de los partidos para atraer a los electores o el día
de la semana en que se celebran las elecciones (en Estados Unidos votan en martes).
[6] Un
estudio empírico proporcionó evidencia de que la mayoría de estadounidenses
eran cualquier cosa menos racionales cuando iban a votar. The American Voter (1960) determinó que el grueso de los
estadounidenses contaba con información demasiado escasa y pobre como para
poder basar su voto en un análisis puntual de la oferta política. La variable
que mejor explicaba el comportamiento electoral era la identificación partidista: los que se identificaban como
demócratas tendían a votar a candidatos del Partido Demócrata y los que se
identificaban como republicanos tendían a votar al Partido Republicano. Sólo en
torno a un 20% del electorado cambiaba su voto.
[7] Los partidos
confesionales buscan los votos de los fieles a diversas religiones. En
algunos países la religión representa todavía un factor importante de
identificación de los partidos políticos. En Irlanda del Norte tiene
partidos protestantes y partidos católicos. En la India hay partidos
hindúes y partidos musulmanes.
[8] Partido Nacionalista Vasco.
[9] En Europa
Occidental se han formado familias de partidos integradas por formaciones
ideológicamente próximas que pertenecen a diferentes países. Cultivan las
relaciones y forman grupos políticos en instancias supra y transnacionales como
el Parlamento Europeo.
[10] Las decisiones clave las
tomaban los cuadros dirigentes y ejecutivos con escasa participación de los
militantes de base. La búsqueda de eficiencia en la adopción de decisiones favorecía
que todas las organizaciones grandes gobernadas por un puñado de dirigentes
imposibilitara la democracia.
[11] Cada partido tiene un «Comité
Nacional» pero las estructuras internas se ocupan de recaudar fondos más que de
formular políticas de partido. Ningún partido cuenta con un líder al que se le
atribuya la responsabilidad de articular la línea del partido sobre cuestiones
específicas. Los candidatos individuales son libres de recaudar fondos para sus
campañas y de expresar sus propias posiciones.
[12] Cuentan
con una sede nacional o federal en Madrid, que se ocupa de recaudar y gastar la
mayor parte del dinero que cuestan las campañas electorales. Los candidatos
están sometidos a la disciplina de partido, tienen menos libertad para
desviarse de la versión oficial, su
presencia en las listas electorales depende normalmente de los órganos
ejecutivos del partido y no de elecciones primarias.
[13] Los votantes que se identifican
sistemáticamente con un partido político y votan a sus candidatos en sucesivas
elecciones pueden ser calificados como votantes
leales.
[14] Cuando determinados grupos sociales
votan al mismo partido en sucesivas convocatorias electorales, se trata del alineamiento partidista estable.
[15] En cambio, cuando retiran el apoyo a
su partido favorito y se hacen más independientes se produce el desalineamiento
[16] En Estados Unidos la disciplina
de partido ha sido tradicionalmente muy laxa. La disciplina de partido es relativamente
alta en las democracias parlamentarias como Reino Unido, Alemania
y España.
[17] En Japón el PDL (Partido
Democrático Liberal) gobernó desde 1955 hasta 1993. En México el PRI
(Partido Revolucionario Institucional) gobernó desde 1929 hasta 2000.
[18] Uno de ellos es Estados Unidos.
[19] Francia, Alemania, Japón
y Canadá son algunos ejemplos.
[20] Los países
escandinavos, España, Polonia, Israel o Italia
son multipartidistas.
[21] Tenemos
el caso de Estados Unidos, Reino Unido, Alemania y España.
[22] La Alemania
de la República de Weimar (1919-1933) con el Partido Comunista Alemán (en la
extrema izquierda) y el Partido Nacionalsocialista de Hitler y la España
de la Segunda República (1931-1936) con el Frente Popular (que aglutinaba a las
izquierdas) y la CEDA (aglutinador de las derechas) son buenos ejemplos.
[23] No todos
los grupos de interés se dirigen exclusivamente al campo de la política. Muchas
veces promueven sus intereses de grupo sin implicar a los gobiernos. Los
sindicatos, por medio de sus relaciones directas con los empresarios o
patronos, recurren a negociaciones, huelgas y otros medios. Cuando los
sindicatos o las asociaciones patronales piden al gobierno que interceda en su
favor en su disputa laboral o que apoye medidas económicas específicas, sus
acciones adquieren una impronta política.
[24] En Estados Unidos y otros
países están los LOBBIES (o Grupos de
Presión) que diseñan y aplican estrategias para influir en quienes adoptan las
decisiones gubernamentales.
[25] Ejemplos: sindicatos, asociaciones
patronales, grupos étnicos, grupos de género y preferencia sexual, grupos
generacionales (jubilados o jóvenes), grupos religiosos y otros grupos
centrados en una cuestión determinada.
[26] Ejemplos: Asociación Española de Banca
o la Conferencia Episcopal Española.
[27] Ejemplos:
0,7% del PIB para la cooperación al desarrollo de los países más pobres o la
globalización electrónica (que también ha producido sus propios grupos de
presión informales).
[28] Anomia significa ausencia de normas
[29] Ejemplos:
manifestaciones espontáneas, disturbios y huelgas salvajes.
[30] Ejemplos:
personas que carecen de seguro médico en Estados Unidos, temporeros, niños
trabajadores, mujeres oprimidas o maltratadas. El funcionamiento de los grupos
de interés puede diferir notablemente según el diseño y las prácticas institucionales
del país.
[31] Fue adoptado por muchas dictaduras
como la de Mussolini en Italia, Hitler en Alemania, Franco en España
o Salazar en Portugal.
[32] Como ejemplo tenemos a las mujeres,
los homosexuales, los ecologistas, los pacifistas o los antiglobalización.
[33] Como ejemplo tenemos la España de la Restauración (1876-1923) con el
«caciquismo». Los partidos políticos disponían de hombres de confianza en las
provincias y municipios (caciques locales) que ejercían el control político de
estos territorios y, a cambio de apoyo electoral, procuraban trabajos o ayudas
a las familias residentes en ellos.
[34] Como ejemplos tenemos Cuba y China.
[35] Juan
Domingo Perón (1895-1974) con su autoritarismo popular en Argentina
consiguió el apoyo de la clase trabajadora gracias a la puesta en marcha de una
serie de medidas de bienestar social.
[36] Como ejemplo tenemos la Unión
Soviética y el pacto social no escrito que estipulaba la aquiescencia de la
sociedad mientras el régimen proporcionara acceso a determinados productos y
servicios.
[37] Ejemplos:
A. SAJAROV (1921-1989) fue desterrado por criticar el sistema de gobierno
comunista y defender la democracia en la Unión Soviética; N. MANDELA
(1918) estuvo encarcelado 27 años por su lucha por la igualdad racial en Sudáfrica;
V. HAVEL (1936-2011) denunció la represión y la restricción de libertades en el
gobierno comunista de Checoslovaquia. Fue encarcelado varios veces,
antes de convertirse en el primer Presidente de la Checoslovaquia poscomunista;
KIM DAE JUNG (1925-2009) fue defensor de la democracia en Corea del Sur.
Tuvo 16 años de prisión, exilio y arresto antes de ser elegido Presidente en el
año 1997 y ser Premio Nobel de la Paz en el año 2000; AUNG SAN SUU KYI (1945)
ha sido Premio Nobel de la Paz en 1991 por su lucha por el restablecimiento de
la democracia en Birmania; WANG DAN (1969) con 20 años encabezaba la
lista de las personas más buscadas del régimen de China. Su liderazgo en
1989 de la plaza de Tiannanmen de Pekín le costó 4 años de prisión, hasta que
las autoridades permitieron su salida a Estados Unidos en 1998; ALI LMRABET
(1960) es un periodista marroquí condenado en 2003 a prisión por ultraje al Rey
de Marruecos al haber publicado caricaturas y artículos. Ha sido
condenado a 10 años de prohibición del ejercicio del periodismo.
[38] Puede citarse el caso de Sendero
Luminoso en Perú o las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia
(FARC). También los focos revolucionarios en países como Egipto, Argelia,
Congo, Costa de Marfil, Liberia o Sierra Leona.
[39] Estados Unidos con un sistema político
dominado por dos partidos (Partido Demócrata y Partido Republicano) durante más
de un siglo.
[40] El caso de Reino Unido (con el
Partido Laborista y el Partido Conservador) también corrobora la Ley de Duverger.
No obstante, también algunos partidos más pequeños han conseguido escaños en la
Cámara de los Comunes y, en ocasiones, han desempeñado un papel crucial en la
formación del gobierno británico.
[41] Italia tendría que haber
desarrollado un sistema bipartidista después de cambiar su sistema electoral en
los años 90 (de uno de representación proporcional a otro parcialmente
mayoritario, a una sola vuelta). Si bien se han consolidado sólo algunos
partidos en Italia, aún no se ha desarrollado un sistema bipartidista. Pueden
tardar mucho en adoptar el bipartidismo tras introducir el sistema electoral
mayoritario a una sola vuelta.
[42] La India proporciona otra
evidencia discordante con la Ley de Duverger. Allí el sistema mayoritario a una
vuelta favoreció en el pasado la dominación de un solo partido (Partido del
Congreso), pero la India nunca tuvo un sistema bipartidista sólido y sus
gobiernos más recientes han estado formados por una pluralidad de partidos de
coalición.
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