Apuntes para PRUEBA PRESENCIAL Fundamentos de Ciencia Política I (Grado de Ciencia Política y de la Administración -UNED) |
1. EL ESTUDIO DE LA GLOBALIZACIÓN. Es el momento de abordar el tema de la globalización desde
sus aspectos descriptivos (o empíricos) y prescriptivos (o normativos), lo cual
genera un debate mediante la contrastación de argumentos basados en datos y
observaciones. El término globalización
se ha extendido en toda la sociedad actual. La carga ideológica que ha adquirido
el concepto, hace difícil encauzar los debates hacia el ámbito académico. El
debate acerca de la globalización está relacionado con cuestiones centrales
para la Ciencia Política: el presente y futuro de la democracia, el papel del
Estado y las políticas públicas, la viabilidad del Estado del bienestar, y la
gobernabilidad y sostenibilidad del orden internacional. Se ofrecerá una visión de hasta qué punto la Ciencia
Política proporciona herramientas que permiten llegar a una comprensión
razonada e independiente de un fenómeno tan complejo como el de la
globalización.
1.1. Las Dos caras de la Globalización. Se observa la
ambigüedad en dos vertientes: la imprecisión del concepto y el sesgo ideológico
que éste ha adquirido. Veamos estas dos ideas con más detalle.
Anthony Giddens |
Por el contrario, para los críticos como S.Amin (2001) y S.Strange (1998), los niveles de pobreza, explotación, conflicto, deterioro medioambiental y desigualdad nos ofrecen la prueba del fracaso de la lógica de mercado y la necesidad de buscar concepciones alternativas del orden social a escala global. ATTAC (1998), organización líder del movimiento antiglobalización, afirma en su manifiesto fundacional que la mundialización financiera agrava la inseguridad económica y las desigualdades sociales. Menoscaba y sustituye las opiniones de los pueblos y de las instituciones democráticas de los Estados soberanos encargados de defender el interés general por lógicas especulativas que solo expresan los intereses de las empresas transnacionales y de los mercados financieros.
1.2. Definiendo la Globalización. La
imprecisión del concepto es notable. Nada escapa del proceso de globalización:
las economías, los sistemas políticos, la justicia, las sociedades, las
culturas o las identidades. En los medios de comunicación, la globalización se
asocia tanto a los flujos del capital, como al cambio climático. Lo mismo se
emplea con relación al SIDA que para referirse a la amenaza del terrorismo.
No
obstante, el aspecto económico suele ser el primero que nos viene a la cabeza
cuando hablamos de globalización. Este aspecto
económico es el que prevalece en las siguientes definiciones de globalización:
«Hecho de
que, en los últimos años, las actividades económicas que han crecido más rápido
son aquellas que han tenido lugar entre y no dentro de los países» (Banco
Mundial, 2002).
«Tendencia
a una mayor integración e interdependencia entre los países y las regiones del
planeta» (Comisión Europea, 2002).
Si nos
ceñimos a los aspectos económicos de la globalización, hay que diferenciar
entre el enfoque comercial o el enfoque financiero:
ENFOQUE
COMERCIAL. El comercio es una actividad sumamente regulada por las instituciones
internacionales (p.e. por la Organización Mundial del Comercio), las cuales son
eficaces a la hora de ayudar a los Estados a graduar y repartir los costes de
la liberación comercial.
ENFOQUE
FINANCIERO. Los flujos de capital especulativo carecen de regulación global y
son inestables, motivo por el que plantean problemas. Tenemos el ejemplo de la
crisis generada en 2008-2009 por la quiebra de los bancos de inversión
estadounidenses más prestigiosos como consecuencia de los niveles de riesgo
asumidos con las hipotecas basura y
la falta de trasparencia y regulación internacional. Se ha puesto de manifiesto
la necesidad de adoptar una regulación de los mercados financieros.
inversión extranjera directa (IDE). A medio camino entre estos
dos enfoques, la IDE ofrece oportunidades de desarrollo a muchos países, pero
su regulación plantea notables problemas. Por tanto ni siquiera adoptando una
definición ceñida a los aspectos económicos, sería fácil establecer un criterio
definitorio único.
Ante los
partidarios de dar carácter económico a la globalización, están quienes
sostienen que representa una nueva
cultura, un modo de interacción social y un modo de conocimiento y comunicación
global. Por tanto, estamos en un nuevo tipo de economía (ECONOMÍA DE LA
INFORMACIÓN) y un nuevo tipo de sociedad (SOCIEDAD-RED).
Manuel Castells |
«La
globalización desborda lo puramente económico por cuanto se refiere al conjunto
de procesos interrelacionados que operan en dominios primarios del poder
social, incluyendo la esfera militar, política y cultural. No existe un patrón
temporal, sectorial o geográfico bajo el cual ordenar los ritmos, lugares o
contenidos del proceso» (D.Held & A.McGrew,
2000).
1.3. La Globalización como Ideología. Para los que
identifican este concepto como una ideología (y no como un fenómeno empírico
contrastable), la globalización no es el resultado de un proceso estrictamente
económico de integración gradual de los mercados a escala mundial, sino que es
el resultado de una serie de decisiones del sector de la elite política y
económica mundial que ha adoptado el programa ideológico del neoliberalismo.
Ulrich Beck |
«GLOBALISMO:
Ideología que pretende la suplantación de la política por el mercado» (U.Beck, 2000).
Concebida
como ideología, la globalización no es la consecuencia de la dinámica económica
mundial, sino la causa de que dicha dinámica esté adquiriendo esta forma y no
otra forma. Así pues, es la ideología neoliberal la que ha causado el auge del
capitalismo financiero y no la dinámica del capitalismo financiero la que ha
traído la globalización.
«Un
ataque al orden social desde tres frentes: (a) El económico, con la imposición
de la lógica de mercado; (b) El de la
información, con la uniformidad de mensajes y supresión de crítica; y (c) El
militar, que supone el fin de la era de los derechos humanos y la extensión de
la hegemonía norteamericana a todo el planeta» (I.Ramonet, 2002). Para este autor, el eje del mal no lo constituye
irán, Irak y Corea del Norte, sino el Fondo Monetario Internacional (FMI), el
Banco Mundial (BM) y la Organización Mundial del Comercio (OMC): un aborrecible
triunvirato que está causando estragos masivos.
«La globalización
es un proceso de uniformización a escala planetaria de las estructuras
políticas, económicas, sociales y culturales y de sus patrones de relación e
intercambio» (J.Gray, 2000). Según
el análisis de este autor, el neoliberalismo se impuso en los años 80 en los Estados
Unidos de Reagan y en el Reino Unido de Thatcher, tras desmantelar los
Estados del bienestar europeos y sus
programas de redistribución de la renta y promoción de la igualdad de oportunidades.
En los años 90, este modelo intentó imponerse a escala global bajo el pretexto
de que era el único que podía garantizar el crecimiento económico. No obstante,
el capitalismo es menos unívoco de lo que se piensa. Como prueba tenemos los
países nórdicos o el modelo de desarrollo asiático, los cuales demuestran que
existen muchas combinaciones de equidad y gasto social compatibles con una
economía competitiva. Es cierto que el modelo anglosajón genera algo más de
crecimiento, pero también genera más desigualdad [1].
1.4. A Favor y en Contra de la Globalización. Esta lucha
entre los liberales y sus críticos, se ilustra en los siguientes 2 bloques:
El establishment y las clases dirigentes de
los países desarrollados y de los PVD [2]. Para
los neoliberales, la globalización es positiva ya que ha traído la época de paz
y prosperidad más extensa e intensa de la historia. En la última década, entre
300 y 500 millones de personas han salido de la pobreza gracias a la dinámica
de integración de la economía mundial. La globalización ha permitido la
economía mundial crecer en los últimos 50 años el 4,1%.
El libre comercio es un juego de suma
positiva (no de suma cero) porque permite una asignación más eficiente de los
recursos, mejora la productividad y expande la frontera de posibilidades de producción
y consumo. Cuanto más interdependiente sea una economía, mayor competitividad y
riqueza podrá alcanzar. El modelo es el correcto: apertura comercial y liberalización
de flujos financieros, eso sí, con una mayor regulación y una mejor
coordinación entre las autoridades financieras.
Globalizadores
y antiglobalizadores coinciden en que la globalización aumenta el poder
relativo del mercado con respecto al Estado. Según los partidarios, las
exigencias de flexibilidad y competitividad que demanda la globalización son
incompatibles con Estados grandes y elevados niveles de gasto público. La
competencia fiscal entre países para atraer inversiones es una ventaja porque
obliga a los Estados a operar más eficaz y eficientemente con menos impuestos y
más trasparencia, lo cual beneficia a los ciudadanos. Por tanto, la
globalización no sólo debilita al Estado (lo que es bueno para las libertades
individuales), sino que favorece la democracia y la paz a escala global. El
nivel de libertad de comunicaciones y trasparencia que requiere la
globalización es incompatible con los regímenes dictatoriales. Un significado globalizador
como G.de la Dehesa (2001) ha
afirmado que un mundo con Estados mínimos y sumamente interdependientes será
más democrático, pacífico y próspero.
De
acuerdo con esta visión, los problemas económicos mundiales se derivan de la
insuficiente integración de los mercados financieros, comerciales y de
servicios mundiales y no del exceso de integración (o globalización). La
pobreza existente en el Sur responde a las prácticas proteccionistas y al
exceso de regulaciones y otras barreras comerciales. Según M.Moore (2000), si el Norte abriera las fronteras de los países
ricos a los productos del Sur, 320 millones de personas saldrían de la pobreza
en la siguiente década. Por tanto, la globalización no sería la causa del subdesarrollo, sino una posible
solución. Gracias a la liberalización comercial impulsada por el GATT (Acuerdo
General de Aranceles y Comercio, precedente de la OMC) desde 1948, el volumen de
comercio se ha multiplicado por 15 y el producto mundial por 7. En la segunda
mitad del siglo XX, el PIB de los países menos desarrollados se ha multiplicado
por 3, la esperanza de vida ha aumentado en 20 años y la tasa de alfabetización
se ha incrementado en 30 puntos. La rebelión contra la globalización refleja la
resistencia de los privilegiados del Norte a aceptar que sus economías tienen
que ser más flexibles y abiertas para que el Sur se desarrolle. El problema no
reside en la globalización, sino en la resistencia a ella: los únicos países
que han salido de la pobreza son los que han insertado políticas en la economía
mundial, como China y los tigres
asiáticos.
Grupos y
movimientos sociales de inspiración izquierdista (marxista, sindicalista,
pacifista, ecologista, feminista, anarquista, localista o indigenista).
La
globalización representa un nuevo modelo de imperialismo occidental, una (nueva)
fase superior del capitalismo en cuanto a la extensión de los mercados en al
que subyace un modelo de colonialismo más sofisticado que implica una nueva vuelta de tuerca de la dependencia
Norte-Sur: el Norte utiliza su control de los medios financieros globales para
controlar los recursos naturales del Sur, sin necesidad de hacerse cargo
directamente del desarrollo de estos países, compromiso que sí existía
implícitamente en el colonialismo del siglo XX.
Samir Amin |
Ignacio Ramonet |
Las
desigualdades han aumentado sostenidamente dentro y entre los países. Se ha
producido una economía mundial dual:
en el Norte, mientras los salarios de los directivos se ha multiplicado por 50,
el poder adquisitivo de los trabajadores sólo se ha duplicado, en tanto que el
salario por el trabajo no cualificado no ha crecido. Se ha duplicado la
distancia de renta entre las 20 economías más ricas y más pobres. El resultado
de este modelo, caracterizado por el predominio de las fuerzas de mercado y la
ausencia de un gobierno económico mundial, se resumen en las cifras de la ONU : el 85% de la renta
mundial está en manos del 20% de la población, mientras que 2.500 millones de
personas viven con menos de 2$/día. Desde esta perspectiva, las crisis
financieras, las catástrofes ecológicas y la extensión de conflictos bélicos
probarían que, a menos que se instaurara un sistema institucional multilateral
que gobernara la globalización de forma eficaz, ésta es insostenible; por
tanto, perseverar en ella en las actuales condiciones sería un suicidio colectivo.
A continuación nos centraremos en los 4 principales debates
acerca de la globalización:
(#1) Si la globalización es un fenómeno nuevo o viejo.
(#2) Debilitamiento del Estado como centro de las decisiones y
marco de referencia para la actividad política.
(#3) Relación entre democracia y globalización.
(#4) Relación entre globalización, pobreza y desigualdad.
2. LA GLOBALIZACIÓN: ¿FENÓMENO NUEVO O VIEJO?
Si por
globalización entendemos interdependencia entre lo nacional y lo internacional,
la globalización no es en absoluto un fenómeno nuevo. La interdependencia
representa lo viejo de la globalización. Lo nuevo que aporta la globalización
es la intensificación de la interdependencia en algunas dimensiones clave (especialmente
en los flujos económicos, aunque también en cuestiones medioambientales).
Los historiadores
económicos acotan 3 grandes olas de globalización:
PRIMERA OLA: DUPLICACIÓN DEL COMERCIO EXTERIOR (1870-1914). Durante este periodo, los flujos migratorios de Europa a América y de China al Sudeste Asiático involucraron al 10% de la población mundial. Al mismo tiempo, se triplicaron los flujos del capital. La interpenetración de la economía mundial fue tan intensa que en el año 1900 los niveles de comercio e inversión representaban un porcentaje mayor del PIB mundial que en 2000.
PRIMERA OLA: DUPLICACIÓN DEL COMERCIO EXTERIOR (1870-1914). Durante este periodo, los flujos migratorios de Europa a América y de China al Sudeste Asiático involucraron al 10% de la población mundial. Al mismo tiempo, se triplicaron los flujos del capital. La interpenetración de la economía mundial fue tan intensa que en el año 1900 los niveles de comercio e inversión representaban un porcentaje mayor del PIB mundial que en 2000.
SEGUNDA
OLA: BRECHA ENTRE LOS PAISES DESARROLLADOS Y LOS PVD (1945-1980). La Primera
Guerra Mundial y la crisis de 1929 supusieron un retroceso en la integración
económica mundial. El valor de las exportaciones en relación al PIB mundial se
equipararon a los correspondientes a 1870. Entre 1945 y 1980, las cifras de los
intercambios económicos han reflejado una segunda y sostenida ola globalizadora
circunscrita a los países más desarrollados. Esta evolución se tradujo en la
apertura de una amplia brecha entre países desarrollados y países en vías de
desarrollo.
TERCERA
OLA: INCORPORACION DE LOS PVD (1980-1998). La tercera ola se ha caracterizado
por la incorporación a la economía mundial de un grupo de PVD, sobre todo en
Asia y (en parte) América Latina. En menos de 20 años, 24 países (con una
población de 3.000 millones de habitantes) han conseguido trasladar el grueso
de su producción y sus exportaciones desde las materias primas a los productos
manufacturados. Si en 1980 sólo el 25% de sus exportaciones se referían a
productos manufacturados, en 1998 esta cifra era del 80%. Posiblemente, con la
crisis financiera de 2008-2009 se haya tocado techo, de tal forma que algunos
autores hablan de desglobalización.
Estas tres
olas reflejan la diferencia entre internacionalización y globalización:
INTERNACIONALIZACIÓN:
«Creciente dispersión geográfica de las actividades económicas» (H.Weck-Hannemann, 2001).
GLOBALIZACIÓN:
«Forma avanzada de internacionalización originada en la movilidad de los
factores de producción y que implica la integración funcional de las
actividades económicas en un mercado global» (H.Weck-Hannemann, 2001).
Mientras
la idea de internacionalización se refiere a la interdependencia entre países, la
globalización está relacionada con la integración de la actividad económica a
escala planetaria [3],
en lo referido al comercio mundial [4] y la
internacionalización del capital y la producción [5].
La fractura
entre una economía global y una política fundamentalmente nacional es ya
completa. Lo nuevo de la globalización no es la interdependencia entre lo
nacional y lo internacional. De hecho, debido al comercio y a la guerra, a lo
largo de toda la historia la escala de la política y la escala de la economía
nunca han coincidido totalmente. Lo verdaderamente novedoso de la globalización
es el hecho de que el mercado haya adquirido una escala prácticamente global,
mientras que la política se estructura esencialmente por medio de las 217
unidades políticas (Estados) con soberanía reconocida. La Unión Europea, con
más de 50 años de edad, no es otra cosa que un experimento acerca de la escala
de la política y el gobierno, la economía y las identidades. Lo nuevo de esta
última ola de globalización es que obliga a formular una TEORÍA DE LA POLÍTICA
GLOBAL que reflexione sobre el mejor diseño de las instituciones necesarias
para mantener los objetivos tradicionales de las políticas públicas en una
escala diferente. Se trataría de instrumentar sistemas de gobernanza económica
global capaces de regular los mercados y de distribuir los beneficios que
genera la integración económica. La GOBERNANZA consiste en gobernar sin
gobierno, es decir, adoptar y poner en práctica, en un mundo globalizado,
decisiones en beneficio de los intereses colectivos, aún cuando no existan
estructuras de gobiernos globales. Esta necesidad se ha puesto de manifiesto
con la reciente crisis financiera de 2008-2009.
3.1. La globalización, ¿fortalece o debilita
al Estado en su conjunto? Entre los países más globalizados se encuentran los Estados más
ricos, más iguales y con sectores públicos más grandes. El AT Kearney Globalization Index ordena los países en función de su grado de
globalización atendiendo a 4 dimensiones y 12 medias:
(#1) Flujos comerciales y
de servicios, así como convergencia
de precios nacionales e internacionales.
(#2) Flujos financieros, desagregados en transferencias monetarias, la
inversión extranjera directa y la inversión en cartera (bursátil).
(#3) Flujos de comunicación
personal (p.e. turistas o
llamadas telefónicas).
(#4) Flujos de conectividad
electrónica (p.e. número de
internautas).
Según este ranking, el país más globalizado del
mundo es Singapur, seguido por Hong Kong, Holanda, Suiza e Irlanda. España
ocupa la posición 29. Un gran número de las economías más avanzadas con
importantes Estados del bienestar, combinan unos índices de desarrollo humano
notablemente elevados con altos niveles de globalización. Los Estados del
bienestar se llevan bien con la
globalización. Si medimos los flujos de inversión extranjera, la globalización
también se lleva bien con los estados
de bienestar. Las economías de bienestar avanzadas ofrecen a los inversores
condiciones atractivas: paz social, Estados de derecho eficaces, ciudadanos con
elevados poderes adquisitivos, fuerza laboral bien formada y un sistema de
seguros sociales y sanitarios que son compatibles con altas tasas de
productividad. Es plausible pensar que los principales beneficiarios de la
liberalización comercial y financiera tienden a presionar a la clase política
para que adopte medidas liberalizadoras. A su vez, la clase política tenderá a
adoptar estas medidas siempre que piense que puede lograr que los beneficios
repercutan en toda la sociedad. D.Rodrick
(1998) ha demostrado una clara correlación positiva (0,44) entre el grado de
apertura económica de un país y el tamaño del Estado del bienestar (medido en %
de gasto social sobre el PIB). Las políticas de liberación económica y
comercial elevan el riesgo económico que sufren determinados colectivos, por lo
que el Estado se ve obligado a intervenir mediante programas de tipo social. K.Polanyi (1944) sostuvo que las
políticas sociales han sido históricamente una consecuencia de la apertura
económica. A largo plazo, las dinámicas económicas internacionales son
incompatibles con el orden social y la estabilidad política. De ahí que el
empeño neoliberal de liberalizar bienes como el trabajo, la tierra y el capital
haya tenido como consecuencia la emergencia de Estados fuertes cuyo fin
primordial ha consistido en rebajar los niveles de riesgo e incertidumbre que
se dan en estas tres actividades (el trabajo asalariado, la agricultura y los
intercambios de capitales). P.Katzenstein
(1985) afirma que los Estados más pequeños y más ricos de Europa Occidental
salieron de la crisis de los años 70 gracias a que su pequeño tamaño y alta dependencia
les obligaron a reaccionar más rápidamente. Siendo el GASTO PÚBLICO un buen indicador
de la capacidad del Estado de llevar a cabo estas compensaciones, puede
predecirse que el ritmo de apertura o de globalización de un país puede
determinarse por el tamaño del Estado. España es un buen ejemplo de cómo
los indicadores de apertura comercial y financiera y el aumento del gasto
social evolucionaron en paralelo durante los años 80.
3.2. La globalización, ¿fortalece o debilita
la democracia? El tamaño del Estado ha
aumentado notablemente en los últimos 40 años del siglo XX, periodo en el que
la globalización adquirió gran impulso. De este modo, la globalización puede
ser vista como un proceso endógeno (promovido internamente) y no exógeno
(promovido externamente). J.
Fernández-Albertos (2003) afirma que hacer endógena la globalización significa
intentar desentrañar cómo y por qué cada país reacciona de manera diferente, o
en tiempos diferentes, a presiones similares de la economía internacional.
Aunque la liberalización de los mercados de capitales limita el margen de
maniobra de los gobiernos y les obliga a adoptar políticas de regulación del
mercado de capitales bastante homogéneas, la existencia de una variabilidad
notable en políticas fundamentales pone de manifiesto que la presión
uniformadora se limita a un ámbito muy reducido del sector financiero.
3.3. La globalización, ¿es compatible o
incompatible con los derechos sociales, el gasto social y el Estado de
bienestar? El crecimiento
económico está supeditado a la existencia de un Estado eficaz. Garret (2000) pone de manifiesto la
existencia de dos tendencias diferenciadas: (a) La mayor exposición al comercio
internacional y a los flujos de capital ha obligado a los países más
desarrollados a ralentizar el incremento del gasto público, mientras que en los
países de renta media el gasto público se ha estancado, cuando no ha
retrocedido. La sostenibilidad de la globalización depende de la vulnerabilidad
de los países: las desigualdades suponen una amenaza para el crecimiento
económico y ahuyenta a los inversores extranjeros. En consecuencia, la
globalización disminuye el margen de actuación de los gobiernos, pero eso no
implica que dichos gobiernos deban eliminar beneficios sociales o deteriorar el
medio ambiente.
Cualquier análisis de las respuestas de los
Estados a la globalización debe partir del hecho de que las instituciones son
centrales para explicar la variabilidad entre ellas: el sistema de partidos, la
concertación de salarios entre sindicatos, empresarios y gobiernos, el modelo
de relaciones entre el Banco Central y el sector financiero, la participación
de las cámaras de comercio en el diseño de la política comercial, etc… En
consecuencia, ni las presiones económicas imponen un único modelo a los
gobiernos, ni éstos responden todos igual a las mismas presiones: existe un
margen de actuación para la política.
CONCLUSIÓN: Las profecías de la desaparición
del Estado en el mar de la globalización no están basadas en un análisis
histórico ni empírico riguroso. Según la opinión más extendida, la globalización
supone una pérdida de autonomía del Estado, si bien, al menos en Europa
Occidental, Estado y mercado han tendido a reforzarse mutuamente, no a
debilitarse. En algunos países, los más desarrollados, la globalización ha
reforzado el Estado. En otros países, generalmente de renta media, la globalización
ofrece oportunidades de refuerzo, pero también de debilitamiento, por lo que la
combinación de las políticas internas y los entornos internacionales resultan
cruciales. Finalmente, los mercados internacionales tienden a ignorar a
aquellos países en los que los Estados y sus instituciones son débiles o
inexistentes.
4. LA DEMOCRACIA Y LA GLOBALIZACIÓN. ¿Por qué las democracias promueven un proceso que
teóricamente socava su capacidad de actuación? A. Przeworski & C.Messeguer
(2005) han llegado a varias conclusiones:
(#1) La apertura económica puede producirse voluntariamente o
como parte de un compromiso condicionado a la concesión de ayuda económica y
financiera por parte de las instituciones financieras internacionales.
(#2) La apertura económica limita la capacidad redistributiva de
los Estados, haciendo más difícil compensar a aquellos más perjudicados.
José Fernández-Albertos |
4.1. Relación entre Globalización y Democratización. Una vez
más, los datos no son concluyentes. A pesar de haber más democracias que antes [6], no se
consolidan [7]. La
evidencia respecto a si la globalización y democratización se han apoyado
mutuamente no es concluyente. El avance de la democratización parece estar
bloqueado [8].
4.2. Calidad de los Sistemas de Gobierno. Tras la caída
del muro de Berlín en 1989, parece evidente que la democracia es hoy la única
forma de gobierno legítima. No obstante, que la única opción de gobierno
legítimo sea la democracia no dice nada de la calidad de dicho sistema de
gobierno. El problema de la democracia contemporánea es que admite demasiadas
modalidades: desde democracias sin derechos humanos o «iliberales» (F.Zakaria, 1997), hasta meramente «electorales»
o «delegativas» (O’Donnell, 1994).
M. Plattner (2002). Afirma que la
globalización puede tener mucho que ver con la (elevada) cantidad de países
democráticos, pero también con la (baja) calidad de las democracias. ¿Por qué?
Porque la globalización afecta de distinta manera a los dos componentes
esenciales de las democracias contemporáneas: (a) PRIMER COMPONENTE DE LAS
DEMOCRACIAS: Las democracias tienen un elemento liberal basado en la limitación
del poder del Estado frente a los ciudadanos y en la obligación de que el
Estado esté al servicio de los fines de éstos; (b) SEGUNDO COMPONENTE DE LAS
DEMOCRACIAS: Las democracias disponen de la participación de los ciudadanos en
un proceso de formulación de políticas y en el control de los gobernantes.
La
globalización refuerza el primer componente a costa del segundo componente: permite
a los ciudadanos zafarse de sus Estados (emigrando o enviando sus ahorros a
paraísos fiscales) pero a cambio de que los ciudadanos también pierdan el
control sobre los Estados. Así pues, la globalización actúa en dos sentidos:
(a) Anteponiendo la economía a la política; y (b) Anteponiendo las instituciones
internacionales a las nacionales (como se aprecia claramente en el caso de la
Unión Europea).
Robert Dahl |
5. GLOBALIZACIÓN, POBREZA Y DESIGUALDAD. También
en este debate, los datos no demuestran nada de forma concluyente. Estos
procesos no ocurren automática y necesariamente de una manera determinada, sino
que pueden adoptar formas y ritmos diferentes en función de las circunstancias.
Tenemos 6 cuestiones a tener en cuenta:
Tenemos 6 cuestiones a tener en cuenta:
Xavier Sala-i-Martín |
(#2) DESIGUALDADES
ENTRE PAISES RICOS Y PAISES POBRES. Hacia 1820, la distancia entre los 5 países
más ricos y los más pobres era de 3 a 1. En 1992, la distancia entre Estados
Unidos y Etiopía era de 72 a 1. A finales del siglo XX, el grupo de los 7
países más industrializados (G-7), representaba el 67,8% de la renta mundial,
con sólo el 11,8% de la población.
(#3) DESIGUALDADES
DENTRO DE LOS PAISES MÁS POBRES. De los datos empíricos no se desprende una
relación sistemática entre crecimiento económico y mejoras en la igualdad. Algunos
países han crecido sin redistribuir, mientras que otros han registrado
crecimientos negativos y a la vez han incrementado la desigualdad. Finalmente,
para una gran mayoría de países, el crecimiento económico no ha guardado
relación alguna con la igualdad.
(#4) EXISTENCIA
DE UN MARGEN DE ACTUACIÓN PARA LA POLÍTICA. Este aspecto es especialmente
relevante por lo que se refiere a las desigualdades entre países pobres. Marruecos
y Jamaica presentan rentas per cápita muy similares y, sin embargo,
Marruecos tiene un índice de desarrollo humano de casi 20 puntos menos. Vietnam,
con casi la mitad de renta que Marruecos, tiene un índice de desarrollo humano
10 puntos superior. Filipinas registra un índice de desarrollo humano
igual al de Tailandia, a pesar de que la renta per cápita tailandesa
casi duplica a la filipina.
(#5) DESIGUALDADES
DENTRO DE LOS PAISES MÁS RICOS. En Estados Unidos, si en 1979 los
ingresos de las familias más ricas eran 10 veces superiores a los ingresos de
las familias de nivel medio, en 1997 esta diferencia era de 23. Por el
contrario, durante el mismo periodo de tiempo, Canadá y Dinamarca
redujeron la desigualdad ligeramente.
(#6) RELACIÓN
ENTRE DESARROLLO HUMANO Y DEMOCRACIA. Aunque esta relación es generalmente
positiva, cuenta con notables excepciones y variaciones. Aunque los países con
índices más bajos de desarrollo humano tienden a ser no democráticos y, a su
vez, las democracias tengan más probabilidades de registrar altos índices de
desarrollo humano, se aprecian notables disparidades.
CONCLUSIÓN:
Los datos sugieren que es más fácil reducir la pobreza cuando hay crecimiento
económico (ya que es posible redistribuir los beneficios del crecimiento a
través de impuestos o políticas sociales). Sin embargo, los mismo datos indican
que la reducción de la pobreza es un resultado inducido por los poderes
públicos a través de POLÍTICAS PÚBLICAS, no un resultado automático del crecimiento
(de hecho, a corto plazo, los beneficios de una apertura económica suelen
concentrarse en una minoría). Analicemos
esto desde 3 puntos de vista diferentes:
DESDE EL
PUNTO DE VISTA DE LA CREACIÓN DE RIQUEZA. La evidencia empírica apunta a que el
proceso de globalización genera un incremento neto de la riqueza global, lo que
no arroja información alguna sobre su redistribución. Tanto la interdependencia
económica como la movilidad de los principales factores productivos crean una
situación en la que las mejoras de eficiencia, productividad y tecnología
generan incrementos netos de riqueza a escala global. Sin embargo, la
eficiencia económica no dice nada sobre la redistribución de los recursos, ni
ofrece reflexiones sobre la equidad organizativa. Tampoco incluye medidas sobre
el agotamiento de recursos no renovables (petróleo, gas natural o carbón
mineral), del deterioro medioambiental o de la sostenibilidad política, social
y demográfica. Los PMA [9] siguen
siendo igual de pobres que hace 20 años, los ricos son mucho más ricos que hace
20 años y los PVD [10]
registran experiencias desiguales: unos han conseguido generar riqueza y
redistribuirla, otros sólo generar riqueza pero no redistribuirla y otros
ninguna de las dos cosas.
John Rawls |
DESDE EL
PUNTO DE VISTA GLOBAL. Las políticas promovidas por los Estados más desarrollados
han conseguido un mayor grado de eficiencia económica. Ahora bien, las ideas en
las que se basan los 8 Objetivos de
Desarrollo del Milenio de la ONU reflejan un planteamiento no sólo acerca
de cómo maximizar el crecimiento económico, sino también de cómo conseguir una
distribución más justa a escala global de los bienes primarios.
6. EL VALOR DE LA INVESTIGACIÓN EMPÍRICA EN
EL ESTUDIO DE LA GLOBALIZACIÓN. La apuesta por investigar empíricamente la
globalización no lleva consigo la renuncia al estudio de sus aspectos ideológicos.
También la ideología es susceptible de un análisis empírico. Definir globalización
como ideología tiene la ventaja de facilitar el entendimiento de la rivalidad
entre globalizadores y antiglobalizadores. El inconveniente es que el debate
empírico se convierte en algo ostensiblemente más complejo: ya no se trata de
averiguar si refuerza o debilita al Estado-nación y al bienestar, sino de
mostrar como el Estado y las políticas económicas se han convertido en campos
de batalla de la lucha ideológica entre liberales y sus críticos. El trabajo
del politólogo no consiste en averiguar quién tiene razón, sino en examinar
cómo y sobre qué datos llegan globofóbicos
y globofílicos a sus conclusiones, es
decir, qué tienen que ofrecer a la Ciencia Política para entender mejor el
fenómeno. Como politólogos, antes de preguntarnos si algo está bien o mal (la
perspectiva ideológica sobre la globalización), debemos plantearnos qué ocurre,
por qué ocurre, cómo ocurre y si podría ocurrir de otra manera. Las diferencias
entre globalizadores y antiglobalizadores obedecen, en buena medida, a que
ambos se centran en aspectos diferentes del mismo proceso: para los primeros,
la globalización genera crecimiento económico y, por tanto, es eficiente desde
el punto de vista económico. Para los segundos, el proceso no mejora a los que
están peor, por lo que es ineficaz desde el punto de vista de la equidad.
[1] Según
datos del año 2000 del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD),
durante los años 90 y coincidiendo con una época de crecimiento económico, las
desigualdades aumentaron en Estados Unidos y Reino Unido, pero no en Asia y
Europa, a pesar de la crisis económica.
[2] Países en Vías de Desarrollo.
[3] La
integración de la economía mundial está siendo un proceso gradual y sostenido,
si bien ha registrado una aceleración importante en las últimas décadas. Según
el BM, entre 1990 y 1999, el volumen de las inversiones directas a nivel
mundial se multiplicó por 4. En cuanto al comercio, entre 1990 y 1999, en la Unión
Europea las exportaciones pasaron de representar el 38% al 53% del PIB y la
inversión exterior del 2,4% al 7,8%. En España, entre 1989 y 1999, el comercio
exterior pasa de representar del 24% al 34% del PIB y la inversión del 2,1% al
6,4%.
[4] Según la
Comisión Europea, entre 1950 y 1990, la tasa de crecimiento del comercio
mundial duplicó a la del PIB. Sin embargo, desde 1990 se ha producido una
separación de estas dos magnitudes: el volumen de comercio, que había tardado
40 años en duplicarse, sólo ha necesitado 10 años para volver a duplicarse.
[5] Las
850.000 filiales de las 65.000 empresas multinacionales registradas en 2001 son
responsables del 10% del producto bruto mundial y representan el 33% del
comercio mundial de bienes. Mientras en 1990 tenían un volumen de facturación
equivalente a todo el comercio mundial y contaban con 24 millones de empleados,
en 2010 su facturación duplica el valor conjunto de las exportaciones mundiales
de bines y cuentan con 54 millones de empleados.
[6] Desde
1980 hasta hoy, 81 países han adoptado medidas importantes orientadas a la
democracia y 33 regímenes militares han sido reemplazados por gobiernos
civiles. Sólo entre 1973 y 1990, el número de democracias pasó de 30 a 58.
Ahora bien, el 46% de la población mundial vive en 89 países libres. Desde el
punto de vista de los derechos humanos, en los últimos 10 años el número de
Estados que ratificaron los 5 pactos más importantes de derechos humanos pasó
de 90 a 150.
[7] De las 81
nuevas democracias sólo 47 se han consolidado, en tanto que 106 países siguen
restringiendo sistemáticamente las libertades.
[8] Entre
1998 y 2008 el número de países democráticos del mundo se mantuvo
sorprendentemente estable: 88 en 1998 y 89 en 2008 (Freedom House, 2009).
[9] Países Menos Adelantados.
[10] Países en Vías de Desarrollo.
[11] (a)
Derechos y libertades básicas; (b) Libertad de movimiento y de empleo; (c)
Poderes y prerrogativas para los cargos de autoridad; y (d) Ingresos y riqueza
que suele necesitarse para lograr algunos fines.
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